Las estaciones de esquí de Aramón en el Pirineo oscense han rozado los 40.000 esquiadores desde el inicio de la Semana Santa, a falta de horas para que Panticosa cierre sus puertas y de un día para dar por terminada la temporada en Cerler y Formigal.

La ausencia de vientos fuertes, buena temperatura, un espesor de la nieve de 2,5 metros en las cotas más altas y una superficie esquiable del 70 por ciento han dado un último empujón a los visitantes de las estaciones del grupo Aramón, que cierran la temporada superando las cifras del 2013, cuando llegaron al millón de esquiadores.

Desde Aramón, han señalado a Efe que las cifras son "muy positivas" para una temporada que se ha alargado algo más de lo habitual porque las condiciones lo han permitido y las estaciones se han adaptado a las necesidades de los usuarios, con promociones, descuentos y una ampliación de horarios a comienzo del día.

La primera en cerrar fue Javalambre, en Teruel, el 31 de marzo, seguida de Valdelinares, que consiguió aguantar con calidad de la nieve los dos últimos fines de semana, donde también se registró una buena afluencia.

En el Pirineo oscense, hoy es el último día para la estación de Panticosa y continuarán abiertas durante todo el día de mañana Cerler y Formigal.

También seguirá abierta hasta el lunes la estación de esquí de Llanos del Hospital, con 12 kilómetros esquiables, Astún con 38 y Candanchú, que ofrecerá a los aficionados al esquí nórdico un circuito de fondo con un recorrido de dos kilómetros en un marco natural situado a 2.000 metros de altura.

Las actividades en las estaciones, con actuaciones musicales, fiestas de la espuma, atracciones y castillos hinchables durante todo el fin de semana, se han dejado notar en los valles del Pirineo, que han registrado una ocupación del 75 por ciento de media, según datos de las asociaciones turísticas de los valles de Tena y Benasque.