-¿Cree que el cambio de Gobierno en La Moncloa será beneficioso para Aragón?

-Debería ser una oportunidad. Pero hasta ahora los gobiernos socialistas tampoco han tratado de forma favorable a Aragón. Sin embargo, se abre una puerta de esperanza. Pero los consejeros no vamos a bajar el nivel de exigencia. Por ejemplo, de Pedro Sánchez me preocupa que caiga en el simplismo centralista de pensar que la nación de naciones la configuran solo País Vasco, Cataluña y Navarra.

-¿Espera reforma del sistema financiero?

-Creo que el PSOE ha renunciado a afrontarla. Eso es preocupante porque no hay autogobierno real sin autonomía financiera. Ahora mismo las comunidades no tenemos recursos suficiente para garantizar los servicios. Y cuando hablamos de despoblación la financiación es clave. El sistema ha sido hasta ahora una máquina de despoblar.

-Podemos e IU llevan bastante tiempo trabajando en una candidatura de confluencia. ¿Se ven dentro de ella?

-No tiene ningún sentido que CHA sea un ingrediente más de una sopa de letras que se ha cocinado en Madrid. De momento solo se han preocupado en el nombre y del reparto de sillones. Aún no sé si tienen proyecto político más allá de su supervivencia. Me parece algo muy centralista. Están en las antípodas de la cultura política de CHA.

-¿Volverá a repetir como candidato?

-No me he plantado nada. El candidato lo decide la militancia. El proceso de primarias comenzará en el mes de septiembre. En ese momento se decidirá.

-¿No se ve repitiendo?

-Ser consejero de la DGA y presidente de CHA es lo máximo a lo que puedo aspirar. Si internamente se reconoce el trabajo que se ha desarrollado, está claro que asumiría el reto. Pero eso lo decidirán los compañeros.

-¿Cómo valora la posición de CHA en el Ayuntamiento de Zaragoza?

-El Ayuntamiento de Zaragoza es una auténtica jaula de grillos. Hay errores infantiles de Zaragoza en Común desde el minuto cero. Han gobernado con sectarismo y como si tuvieran mayoría absoluta aunque están en minoría. CHA ha tenido complicado mantener la coherencia para apoyar lo que era beneficioso a la ciudadanía y para oponerse al resto. Se ha trabajado en un contexto muy complicado y con generosidad política. Sin embargo, el golpe de mano en las sociedades municipales fue un punto de no retorno. Estoy muy satisfecho de la decisión valiente que tomaron. En una democracia hay que preservar el valor de la oposición.