Lo que iba a ser una larga retahíla de enmiendas parciales a la Ley de Actualización de Derechos Históricos que presentaron PP y PAR para su debate parlamentario se va a convertir en una reescritura completa de la iniciativa legislativa en forma de enmienda a la totalidad. De este modo, Chunta Aragonesista va a presentar su propio texto en el debate parlamentario que se celebrará mañana en las Cortes. La proposición de populares y aragonesistas tuvo además 72 enmiendas, 30 del PSOE y 42 de IU, que rechaza el contenido de la ley presentada por los partidos que sustentan al Gobierno autonómico.

La reescritura de la ley hecha por CHA lleva la impronta personal de su presidente, José Luis Soro, especialista en derechos históricos y asuntos forales, que ha contado también con el asesoramiento de expertos en la materia. Desde el punto de vista del aragonesismo político, es mucho más ambiciosa que la presentada por el PP y el PAR y otorga un papel más decisivo a los símbolos e instituciones aragonesas, eliminando además cualquier mención --algo que tiene en exceso la proposición de ley conservadora-- al hecho de que Aragón sea elemento fundacional de la unidad de España.

Más bien al contrario, la alternativa de Chunta actualiza los derechos históricos reivindicando el régimen financiero propio y una identidad y un espacio jurídico, político y cultural propios en el Estado español y la UE, en virtud de su condición de "nacionalidad histórica". El artículo cuatro es una de las claves de la ley que plantea CHA: "Los derechos históricos del pueblo aragonés son anteriores a la Constitución Española y al Estatuto de Autonomía, que los amparan y respetan, así como a la legislación emanada de la Unión Europea. Al no derivar de ellos, no pueden ser afectados por las reformas que puedan afectar a esas normas". Y además, "no prescriben por falta de uso, ejercicio o reclamación".

En la exposición de motivos, además de detallar los avatares históricos que justifican el concepto de nacionalidad histórica y los derechos históricos, se alude continuamente a la vocación pactista de la política aragonesa. Un concepto que está presente en todo el articulado de la ley, y de ahí que se incluyan puntos que reivindican la bilateralidad y "la voluntad colectiva de su pueblo de querer ser", algo que ya se incluye en el artículo uno de la enmienda a la totalidad.

Pero la ley no solo es de contenido historicista, y por tanto se aprovecha para actualizar estos derechos e incluir los de contenido social. Asimismo, busca el blindaje de los servicios públicos y la laicidad de las instituciones aragonesas.

Otro apartado importante de la ley es el de los símbolos de Aragón y su patrimonio histórico, cultural y artístico. Una de las características es que incluye como himno de Aragón el Canto a la Libertad de José Antonio Labordeta y defiende las denominaciones históricas de las instituciones aragonesas, que se desvirtuaron tras la recuperación de la autonomía.