La gestión del agua del río Ebro para el periodo 2021-2027 está en pleno proceso de «reflexión colectiva». La Confederación Hidrológica (CHE) ha marcado 18 ejes de acción, entre los que destaca el cambio climático, la contaminación difusa, el régimen de caudales ecológicos o el futuro del delta, para debatir durante los próximos seis meses de cara a la revisión del tercer ciclo de los planes hidrológicos. Desde el organismo de cuenca señalan que con la aplicación de las medidas más viables «se podrían aumentar en un 8% las masas de agua superficial que están en buen estado y en un 6% en el caso de las masas de agua subterránea».

La CHE expuso ayer estos planes de debates durnate una recunión celebrada en Zaragoza de su máximo órgano participativo de planificación, el Consejo del Agua de la Demarcación del Ebro. En ese foro presentño el llamado Esquema Provisional de Temas Importantes (ETI), un documento técnico provisional e intermedio en la revisión de la planificación hídrica para los próximos siete años.

Este documento, que se somete al análisis y propuesta del conjunto de la ciudadanía «busca concitar una alta participación y está abierto a incorporar mejoras que faciliten el más amplio consenso posible», defendieron desde el organismo. «Con esta reunión se quiere potenciar el proceso de participación en torno a este documento, que se abrió el pasado 24 de enero y que ha fijado, al menos, seis meses de consulta pública previa a la redacción del que será el nuevo Plan Hidrológico», explican.

Los vocales del consejo, representantes de administraciones, asociaciones y usuarios, pueden impulsar esta participación también en cada uno de sus ámbitos, lo que se sumará a las jornadas que se están preparando para presentar el borrador de trabajo en las 18 provincias de la cuenca del Ebro.

ESPECIES INVASORAS

El ETI conecta el diagnóstico realizado en los documentos iniciales con las medidas y propuestas que se recogerá en el próximo Plan Hidrológico. En su articulado entran cuestiones fundamentales como la gestión de las aguas subterráneas, la identificación de especies invasoras, la gestión de los residuos tóxicos o peligrosos, la sostenibilidad de los regadíos o el abastecimiento urbano, entre otros muchos puntos.

Desde la CHE destacan que los ciclos de planificación, fijados en la directiva marco del agua, «son una garantía de mejora y adaptación a nuevas realidades para el Plan Hidrológico del Ebro, ya que obliga a cumplir procesos de revisión participativos». Además, sus planteamientos de actuación se relacionan con los objetivos de desarrollo sostenible fijados de forma global para el horizonte 20230.

Otros de los aspectos que se incluyen en el proceso de debate tienen que ver con la ordenación del dominio público hidráulico y la gestión de las zonas protegidas. Los organismos convocados en los próximos seis meses igualmente podrán dar su opinión sobre los usos energéticos o recreativos de las masas de agua. Estos avances en la planificación deberían servir para minimizar el riesgo de inundación en toda la cuenca.

Un centenar de entidades participan en el proceso

El Consejo del Agua es un órgano participativo en el seno de la CHE que tiene una representación administrativa, de usuarios y de agentes sociales. Sus 98 componentes comprenden representantes de los departamentos ministeriales relacionados con la gestión de las aguas; representantes de los servicios técnicos del organismo de cuenca y de otras administraciones, representantes de las comunidades; de las entidades locales; de los usuarios; de asociaciones agrarias, ecologistas, sindicales o empresariales. De hecho, por primera vez el sector turístico pudo estar presente en las deliberaciones de la jornada de ayer.