La Confederación Hidrográfica del Ebro ha dado por iniciada la Fase II de la puesta en carga o llenado en pruebas del embalse de Lechago (Teruel), tras las recientes tormentas que se han producido en la zona y que además ha laminado las crecidas del Pancrudo y el Jiloca.

Se trata de un paso previo a la explotación ordinaria de esta infraestructura en la que durante las tormentas de la primera semana de junio las entradas al embalse han supuesto un incremento de 2 hm3 y el paso de la cota 880 msnm (final de la Fase I) a la cota actual de 882, informa la CHE.

Esta nueva fase en la que se encuentra el embalse se prolongará hasta alcanzar la cota de 885 (9,12 hm3 y un 50,39 % del volumen del embalse), tras lo que restan otras dos fases que incluyen paradas obligatorias para el análisis de datos.

La fase 3 establece alcanzar la cota 888 (13,04 hm3 y el 72,04 % del volumen total) y la fase 4 el objetivo es alcanzar el llenado total del embalse a la cota 891 (18,16 hm3 y el 100 % del volumen total) a lo que seguirá un desembalse hasta la cota 880, con lo que se daría por finalizada la puesta en carga.

Estas tormentas, aunque han generado afecciones locales importantes, han tenido un efecto positivo en la margen derecha de la cuenca del Ebro, sobre todo en zonas que se encontraban en situación entre la alerta y la emergencia por sequía.

Además, las infraestructuras que las regulan han participado en una eliminación o reducción de efectos negativos de los caudales de crecida y la mayoría podrá cubrir sus demandas evitando la gestión de escasez del pasado año hidrológico.

El río Pancrudo, en la cuenca del Jiloca, ha vivido dos episodios de incremento súbito de caudal como consecuencia de las lluvias registradas, el primero de carácter ordinario el día 1 de junio, con un caudal punta de 3,8 m3/s y el segundo extraordinario con puntas de entrada al embalse de 37,8 m3/s el día 2 de junio a las 3:30 de la mañana, que debe compararse con el caudal habitual del río que oscila entre 0,05 y 0,15 m3/s.

En el caso del embalse de El Val, en Los Fayos (Zaragoza) se encuentra actualmente con 22,7 hm3, lo que supone un 98 % de su capacidad. Con esta situación se cubrirán los usos establecidos para esta infraestructura.

Además, el incremento de entradas que ha registrado supone una renovación de la masa de agua que será positivo para sus parámetros de calidad.

A pesar de que los índices de sequía del mes de mayo, indicadores establecidos en el vigente Plan Especial en Situación de Alerta y Eventual Sequía, continúan en situación de emergencia las cuencas del Aguas Vivas y del Martín los últimos registros pluviométricos han conllevado incrementos en las aportaciones de toda la margen derecha, principalmente en la zona aragonesa, donde se partía de una situación más desfavorable.

Aunque en algunos casos puede haber todavía complicaciones a la hora de cubrir los usos, las reservas embalsadas garantizan los abastecimientos y mejoran en general el servicio respecto al pasado año hidrológico.

La cuenca del Jalón es la más beneficiada al recibir abundantes aportaciones que junto con la no apertura de los embalses para riego ha supuesto un aumento considerable en los embalses de Tranquera y Maidevera, en el caso de Tranquera el embalse se sitúa por encima del 57 % de su capacidad cuando el año pasado no llegaba a la mitad de su capacidad.

La cuenca del Huerva ha recibido aportaciones que han permitido mantener los niveles de los embalses. Se recuperó pasando de la emergencia a la normalidad en el mes de abril. Actualmente Mezalocha se encuentra al 100 % y Las Torcas al 85 % con previsión de aumentar su volumen almacenado.

En la cuenca del Aguas Vivas, el embalse de Moneva ha recibido aportaciones significativas pasando de apenas un 7 % de su capacidad a superar el 14 %, no obstante la situación sigue siendo preocupante y no se podrá acometer con suficiencia la campaña de riegos.

En la cuenca del Martín, las aportaciones recibidas han permitido recuperar en el embalse de Cueva Foradada más de medio hectómetro cúbico. Dicho volumen permite empezar con optimismo la recuperación del embalse ya que, en esa cuenca, se dio por concluida la campaña principal de riegos el 28 de mayo.

En la cuenca del Guadalope también se han recibido aportaciones considerables, fundamentalmente en la parte alta del Guadalope, que han permitido mantener el nivel de Santolea y aumentar el volumen almacenado en el embalse de Calanda que se había visto reducido ante el inicio de la campaña de riegos en el mes de mayo.

Y la cuenca del Matarraña ha recibido aportaciones en el embalse de Pena rompiendo una tendencia a la baja que venía desde marzo de 2017, en total se han almacenado algo más de 0,7 hm3 situándose el embalse sobre un 57 %. En el caso del Matarraña además las balsas laterales están prácticamente llenas, lo que garantiza la campaña de 2018.