La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), ha abierto durante tres meses la consulta pública de los mapas de peligrosidad y riesgo de inundación de la Demarcación del Ebro que se puede realizar a través de la web www.chebro.es. Estos trabajos conforman la segunda fase de la implantación de la Directiva Europea relativa a la evaluación y la gestión de los riesgos de inundación que obliga a los países miembros a definir primero las áreas con un riesgo de inundación significativo; a elaborar en esas áreas mapas de peligrosidad y riesgo y en una tercera fase, a redactar planes de gestión y medidas coordinados entre las administraciones con competencias en ordenación del territorio y protección civil, que se prevé para el año 2015. Además, los mapas pasarán a formar parte del Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables.

El periodo oficial de consulta se inició el pasado 10 de enero, cuando estaban disponibles todos los mapas realizados, pero el organismo inició ya el pasado mes de junio el proceso para analizar online los mapas que iba concluyendo. A partir de ahora los interesados podrán remitir al organismo sus comentarios o sugerencias sobre esta cartografía que es un instrumento para la gestión del riesgo de inundación y minimizar sus impactos, tanto económicos como sociales y de protección civil.

En el caso de la Demarcación del Ebro se aprobó en junio del 2012 la propuesta definitiva de zonas con riesgo de inundación, donde se identificaron, de forma consensuada con las comunidades autónomas, 375 tramos como Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundación. Más de un centenar se encuentran en territorio aragonés. El Ebro, el Cinca, el Jalón y el Gállego son los ríos que presentan más tramos inundables dentro de sus cuencas.

LÁMINAS DE INUNDACIÓN Sobre estos tramos se ha trabajado para definir una cartografía que incluye mapas de peligrosidad y mapas de riesgos. Los primeros, los de peligrosidad incluyen láminas de inundación y mapas de calado, contemplando tres escenarios: la alta probabilidad de inundación (periodo de retorno menor o igual a 10 años); la probabilidad media de inundación (periodo de retorno entre 10 y 100 años) y la baja probabilidad de inundación o escenario de eventos extremos (periodo de retorno igual a 500 años). Además, estos mapas representarán la delimitación de los cauces públicos y zonas de policía; la zona de flujo preferente y en su caso, la delimitación de la zona de dominio público marítimo-terrestre.

Por su parte, los mapas de riesgo incluyen el número indicativo de habitantes que pueden verse afectados; la actividad económica de la zona que puede verse afectada; las instalaciones industriales que pueden ocasionar contaminación accidental en caso de inundación, como las estaciones depuradoras; la zonas protegidas para la captación de agua destinadas a uso humano o masas de agua de uso recreativo y zonas para la protección de hábitats y especies.

Para seleccionar las zonas con riesgo significativo se aplicó una metodología que tiene en cuenta tanto la peligrosidad (tomando como referencia las inundaciones históricas, la información de las comunidades autónomas y Protección Civil y los estudios de la confederación), como la vulnerabilidad de las áreas (según el uso del suelo), mediante el empleo de cartografías y mapas de todo tipo.