La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha detectado tres incumplimientos de la norma de calidad ambiental en concentraciones medias anuales en cuanto al uso de plaguicidas en el informe del año pasado, como ya lo hiciera en el 2015.

El análisis del 2016, hecho público ayer, recoge análisis de los 23 puntos de la red, en su mayoría ubicados en tramos de río que recogen las aguas de retorno de las zonas agrícolas. Se realizaron 2.411 análisis con 115 muestreos, buscando 23 plaguicidas.

Con estos parámetros se detectaron tres incumplimientos, todos en Huesca. Dos por el insecticida clorpirifós en la Clamor Amarga /Zaidín) y la acequia de Corvins, derivación del Noguera Ribagorzana. A ellos se añade otro por el herbicida metacloro en barranco de la Valcuerna de Candasnos.

A estos puntos habría que añadir que en el punto de muestreo del Jiloca en Daroca se detectó un incumplimiento «puntual» (no de media anual como los anteriores) en uno de los muestreos por el insecticida endosulfán.

Como aspecto positivo, el informe concluye que prácticamente no se detectan plaguicidas, o se hace en muy baja concentración, en varios puntos de la red. Aun así, la CHE solicita a las comunidades que comuniquen un listado de sustancias que consideren de uso extendido, para mejorar el control. Y requieren a los regantes que tomen medidas sobre el tema.