Y chis pum, sí señores, chis pum, como acaban las canciones o los toques de las bandas, en los cuales unos platillos hacen el chis y el bombo hace el pum, y se acabó... aplausos, ovaciones y si te he visto no me acuerdo.

Hasta el año que viene, la Semana Santa se vuelve a guardar, bien plegadita, en un baúl, donde se guarda lo antiguo, como el traje de baturro para el Pilar. Las perchas de las tintorerías se llenan de hábitos que se han llevado para lavar y planchar y poder guardar hasta el próximo año en el fondo de un armario.

Afortunadamente, esta composición musical acaba en todo lo alto, como esas grandes arias de ópera, una apoteosis final llena de luz y de alegría, Cristo ha resucitado, perdón, un momento, lo pongo en mayúsculas ¡¡CRISTO HA RESUCITADO!!

Momento mágico

Soy la plaza más grande de toda Zaragoza y en esta mañana soleada, no sé por qué pero siempre es una mañana soleada, la real Hermandad de Cristo Resucitado y Santa María de la Esperanza y del Consuelo hará que parezca pequeña, miles de personas abarrotarán mi inmensa plataforma para contemplar el maravilloso, el mágico momento del Encuentro Glorioso.

Durante esta Semana Santa, que hoy termina, han sido muchos los momentos en que he podido disfrutar de las procesiones muy de cerca, el Viernes, sin ir más lejos, todo el Santo Entierro tuvo la delicadeza de empezar su devenir por las calles zaragozanas, en esta mi plaza. ¡Qué riqueza de coloridos, de sonidos y de aromas para acompañar a nuestro Cristo de la Cama!

Hace siete días, palmas y olivos daban la bienvenida a Jesús a Jerusalén y hoy claveles blancos y mantillas, igualmente blancas, dan la bienvenida a un Cristo Resucitado, vencedor de la muerte, redentor de los afligidos y su Santa Madre, la Virgen de la Esperanza acudirá a su encuentro con los brazos abiertos y sus cofrades, con la cara descubierta, orgullosos de celebrarlo.

Será al mediodía, con el sol en todo lo alto, brillando como si quisiera alumbrar al mundo entero, anunciando que Cristo ha resucitado, y ha resucitado para todos, para los que quieren y para aquellos a los que todo esto les importa más bien nada.

Y en mi plaza se encontrarán Madre e Hijo, después del dolor, la renuncia, la resignación y el sacrificio y se acabará el silencio y el recogimiento, el sonido de los tambores y los bombos volverá a resonar en el aire que me rodea, y las jotas cortarán el aliento de los que lo contemplen y palomas blancas surcarán el cielo sobre mis torres.

Y después ¿la nada? Cuando los bombos y tambores de la Hermandad de Cristo Resucitado se recojan en el colegio de San Agustín, ¿se acabó? Pues no señores, tanto esta Hermandad, como el resto de las 23 cofradías que pueblan nuestra geografía cofrade, seguirán trabajando el resto del año, no solo para que nuestra próxima Semana Santa salga perfecta a la calle, sino para que las obras sociales, que todas y cada una de ellas realizan, lleven el mensaje de fraternidad y solidaridad por el mundo entero.

Todo el año

Las cofradías no son solo en Semana Santa, es cierto que cobran total sentido durante la misma, pero existen, trabajan y colaboran durante el resto del año. La vida de las cofradías es tan rica, variada y enriquecedora que reducirlas a cuatro procesiones a lo largo de la Semana Santa sería menospreciar su realidad.

Y ahora permítanme desvestirme de todos estos personajes que a lo largo de la Semana Santa han redactado estas crónicas y presentarme ante ustedes como lo que soy y, parafraseando a mi amigo y compañero cofrade, Santiago Gonzalo Til, soy el bombo 62 del Prendimiento, un cofrade más, anónimo y enamorado de nuestra Semana Santa y espero, en la medida de lo posible, haber conseguido que se enamoren en igual medida de nuestra celebración.

Gracias a todos por su atención, si les he robado un ratito para leer estas líneas, espero que haya sido un ratito bien aprovechado y si en algo les ofendí, ruego sepan disculparme, al fin y al cabo uno es humano y tiene sus limitaciones. Quizá al año que viene volvamos a vernos en estas líneas, así lo deseo, así como les deseo a ustedes felices recuerdos de esta Semana Santa, por descontado que tendrán un montón.

Coordinador Ámbito Cofrade