Tras los días de ayuno y abstinencia propios de la Cuaresma llega la Pascua. En Aragón, como en otras comunidades, existe la tradición de que los padrinos regalen monas a sus ahijados. Las tradicionales compuestas por una torta coronadas por un huevo duro conviven con las de chocolate que, últimamente, están protagonizadas por jugadores de fútbol o por dibujos animados como la Patrulla Canina o los de Disney. Es el producto estrella en las pastelerías tanto en la jornada de ayer, como en la de este lunes.

Muestra de ello es que muchos establecimientos del sector compiten por lucir en sus escaparates la escultura de chocolate más impresionante y vistosa posible. Lo saben muy bien en comercios como la mítica pastelería Fantoba, situada en el casco histórico de la capital aragonesa, donde ayer era un ir y venir de personas que entraban para comprar este delicioso detalle.

Donde se vive el Lunes de Pascua de forma especial es en la zona oriental de la comunidad autónoma donde se organizan romerías. Destacan localidades como Monzón, Binéfar o Barbastro. En ellas se degusta una mona diferente, ya que no el cocholate no es tanto el protagonista, sino una masa de bizcocho azucarado con un huevo en su superficie. Esta costumbre está documentada en el siglo XV, si bien fue a finales del siglo XIX, en Francia cuando se puso de moda la costumbre de hacer piezas de chocolate con forma de huevo. Una circunstancia que evolucionó y se enraizó, a partir del año 1904, cuando se celebró una exposición de figuras de chocolate en el parque de la Ciudadela de Barcelona.

Hoy, en muchas mesas aragonesas habrá una mona de pascua en sus dos versiones.