El tacógrafo del autobús de la empresa Avanza que el pasado sábado, en pleno azote de Filomena, tuvo un aparatoso accidente en la A-23 en Zuera revela que el conductor circulaba a 100 kilómetros por hora por una vía especialmente afectada por la nieve y el hielo. Ante ello, la Guardia Civil ha imputado por conducción temeraria al hombre que iba al volante de este vehículo.

Este siniestro pudo haber acabado en una tragedia porque el interior del autobús que cubre la línea Zaragoza-Huesca iba ocupado por seis pasajeros, entre ellos una niña. Salieron ilesos, gracias a que no dio vueltas de campana, sino que volcó sobre la mediana. Ocurrió sobre las 22.35 horas.

Hasta el lugar, en el límite con Huesca se trasladaron con urgencia Bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), del Ayuntamiento de Zaragoza y el Destacamento de la Guardia Civil de Tráfico de Zaragoza que ha llevado a cabo la investigación. Sus ocupantes no podían salir por las puertas y tuvieron que ser rescatados rompiendo la luna delantera por los bomberos voluntarios de Zuera, que fueron los primeros en llegar. El conductor del autobús fue trasladado al centro hospitalario de esta localidad para ser atendido de lesiones leves.

El atestado fue entregado ayer en el Juzgado de Guardia de Zaragoza para que continúe con las diligencias y cite a declarar al conductor, así como para tratar de localizar a los pasajeros que iban en el interior para que testifiquen por estos hechos e, incluso, puedan ejercer como acusación.

Según fuentes consultadas, en las pesquisas se señala que el conductor circuló durante varios momentos a una velocidad de 100 kilómetros por hora, la máxima para este tipo de vehículos en condiciones óptimas y en todo caso la máxima que permite su limitador automático de velocidad. Lo grave de este asunto es que la carretera no estaba en las mejores condiciones como para mantener ese tipo de conducción. No obstante, el titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza, que se encontraba de guardia el día del accidente, será el que determine si hubo temeridad o no en la conducción.

El Código Penal establece que todo conductor de un vehículo a motor o un ciclomotor lo haga con temeridad manifiesta y ponga en concreto peligro la vida o la integridad de las personas será castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta seis años.

La nieve caída durante toda la jornada del sábado y en la tarde y noche del viernes provocó numerosas afecciones en la red viaria aragonesa, haciendo muy peligrosa la circulación en la gran mayoría de las carreteras de Aragón.

En la provincia de Zaragoza, desde la última hora del viernes y hasta el sábado unos 1.290 camiones fueron embolsados por la Guardia Civil en diferentes áreas de servicio y aparcamientos próximos a las autovías A-2 y A-23, que estuvieron afectadas por Filomena. No fue el único autobús que se atascó, aunque sin pasajeros, un conductor fue rescatado entre Alpartir y La Almunia.