La colisión entre un turismo y un camión cisterna en la mañana de ayer en la carretera N-234 volvió a provocar la alarma en Teruel, donde en los últimos seis meses se han producido tres accidentes graves en los que se han visto implicados vehículos que transportaban mercancías peligrosas. En el siniestro de ayer murió la conductora del turismo, de 47 años, al tiempo que su hijo, de 17, sufrió lesiones de carácter grave.

El camión volcó sobre la calzada y perdió 70 litros de su carga, una sustancia química tóxica y de alto poder corrosivo. El resto del contenido de la cisterna fue trasvasado a otro vehículo. Las labores de rescate de las víctimas y la limpieza de la zona afectada obligaron a cortar la carretera y produjeron retenciones de hasta veinte kilómetros, en plena operación retorno y en un tramo viario que registra el paso diario de 9.000 vehículos, de los que una tercera parte son camiones.

El accidente se produjo sobre las 11.30 horas, en el punto kilométrico 96, cuando el camión, un Scania con placas nuevas que circulaba en dirección a Teruel, colisionó frontalmente con el turismo, un Seat Toledo con matrícula TE-6799-G que iba en sentido Valencia.

Ambos vehículos quedaron volcados, el turismo en la cuneta y el camión, entre el arcén y la calzada. La circulación se vio afectada durante tres horas y fue necesario habilitar un paso alternativo por la parte explanada de la futura autovía A-23.

RESCATE DEL CAMIONERO Tanto la fallecida, Marcelina S. F., como su hijo, Manuel A. S., eran vecinos de La Puebla de Valverde. El chófer del camión, Victoriano V. P., de 41 años y vecino de Vall de Almonacid (Castellón), sufrió lesiones de carácter leve. Fue precisa la intervención de los Bomberos de la Diputación de Teruel para rescatarlo de la cabina del camión, en la que había quedado atrapado a causa de la colisión. Los dos heridos fueron trasladados en ambulancia al hospital Obispo Polanco, en la capital turolense.

Según los primeros indicios, el accidente pudo deberse a una distracción de la conductora del turismo, que invadió el carril izquierdo en un tramo con línea continua. No obstante, no se descarta que realizara una maniobra de adelantamiento.

Los Bomberos de Teruel se desplazaron al lugar del suceso para evitar fugas de ácido sulfúrico. El jefe de Bomberos de la Diputación de Teruel, Gaspar Lozano, informó de que, como consecuencia del accidente, algunas válvulas del camión cisterna se habían aflojado y se había producido el escape de unos 70 litros de ácido sulfúrico, una sustancia destinada a la fabricación de abonos. El líquido fue cubierto con tierra para evitar riesgos, dado que, aparte de su poder corrosivo, resulta tóxico por inhalación.

Las válvulas del camión fueron refrigeradas para poder cerrarlas y evitar nuevas fugas. Los efectivos de Bomberos permanecieron en el lugar del accidente mientras una grúa levantaba al camión accidentado y se trasvasaba a otro camión el ácido sulfúrico que había en la cisterna.

Como consecuencia del accidente se registró una retención en la circulación de más de 20 kilómetros en sentido Sagunto.

OBRAS EN LA A-23 El tráfico no se descongestionó hasta las 13.30 horas, cuando se habilitó una vía de servicio aprovechando un tramo en construcción de la autovía A-23 que permitió rodear el lugar del accidente. Según informó la Delegación del Gobierno en Aragón, la circulación quedó restablecida con normalidad hacia las 14.30 horas.

Los futura autovía A-23 entre Teruel y el límite con la provincia de Castellón, que se haya en construcción, aumentará la seguridad de los usuarios, pero no entrará en funcionamiento hasta el 2007.