Llegaron, reventaron el escaparate y huyeron con su botín. Con poco arte y menos disimulo, dos jóvenes de 33 y 34 años, David Luis M. C. y Felipe Ramón G. G., se dirigieron a una charcutería de la calle Marqués de la Cadena de Zaragoza en plena madrugada, al parecer en un coche robado, rompieron las lunas del comercio y se llevaron 23 jamones, además de otros productos.

El fin que pretendían dar a las patas de cerdo es una incógnita. Consumo propio --vaya atracón se podrían haber dado--, venta.... Pero lo cierto es que después del robo se inició una gran persecución policial por el distrito del Rabal que pudo acabar en tragedia.

Cuando los agentes de la Policía Local llegaron al lugar de los hechos, los jóvenes huyeron en su vehículo. Fue entonces cuando, sin ningún tipo de miramientos, los dos presuntos delincuentes se adentraron en dirección prohibida por distintas calles y obligaron a varios coches a realizar bruscas maniobras para evitar un accidente. Una escena que bien podría tener un hueco en una comedia de Woody Allen.

Acto seguido, un coche patrulla intentó cortar el paso con rapidez a los dos jóvenes y lo logró, pero no a cualquier precio. El turismo que conducían los fugitivos impactó de lleno con el vehículo policial. Resultado: dos detenidos por robo con fuerza en las cosas --uno de ellos también fue acusado de conducción temeraria-- y dos policías heridos. De hecho, los agentes tuvieron que pedir la baja laboral.