El Ayuntamiento de Zaragoza no solo no tendrá presupuesto aprobado este año sino que deberá afrontar lo que resta de ejercicio con las cuentas prorrogadas y sabiendo que no cuenta con todo el dinero necesario para cubrir el coste de todos los servicios esenciales que presta al ciudadano. Así lo anunció la responsable de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca, en la comisión plenaria de su área, que antes de que concluya la auditoría encargada por el Gobierno PP-Cs -estará en septiembre-, ya adelantó que hay una infradotación de partidas de «21,5 millones de euros», de los cuales, apostilló, «13,5 corresponden a obligaciones contraídas por contrato a las que vamos a tener que hacer frente».

La conservadora reconoció que de momento no sabe de dónde se puede detraer dinero de otras partidas para abonarlo, aunque también tiene la posibilidad de pasar al próximo ejercicio gastos que sean susceptibles de ser aplazables. Porque esa es la parte que le corresponde a ella ahora, no quiso olvidar la herencia recibida, ni que con el presupuesto prorrogado los recursos para su área se ven reducidos en «un 12,5%»: «siete millones menos en la recogida y tratamiento de basuras, un 15% menos» o «cuatro menos en la limpieza, un 10%», entre otros.

En su análisis, además, señaló la «situación de ilegalidad» en la que se encuentran algunos contratos relevantes, como el de mantenimiento de parques, que se ha adjudicado a Acciona estos días, y porque «la mayor parte de los servicios públicos se encuentran con el contrato caducado», lo que genera, explicó, «extracostes y pérdida de tiempo a los funcionarios». De lo primero, trabajar con facturas sin contrato le ha supuesto abonar «3,5 millones» al año más de lo necesario. Y, por último, en su repaso a la legislatura anterior, hizo hincapié en la «ineficiencias» en la gestión aplicada, que cifró en «13,5 millones en los últimos cuatro años».

Así que Chueca anunció, como medida estrella de su área, la creación de una Oficina de Calidad de los servicios que vele por la eficiencia en todos ellos y en cada área y, antes de eso, la puesta en marcha de un plan de rescate con trabajos como la poda urgente del arbolado -ya iniciada en algunos barrios- para ponerse al día con lo que más preocupa a los ciudadanos. Menos concreta fue con sus objetivos en la movilidad, salvo con la movilidad ciclista, ya que, si bien no dijo estar conforme con suprimir los carriles bici de escasa utilidad, como le pidio Vox, a través de la edila Carmen Rouco, sí dijo que haría un plan de medición de aforos para tomar las medidas oportunas que los hagan más eficientes. Ahora bien, lo de prometer nuevos ejes, se ve que no es una prioridad. Tampoco la línea 2 del tranvía, que ni la mencionó Chueca.

Ante esta declaración de intenciones inicial, el PSOE se mostró con la mano tendida para intentar avanzar en aquello que puedan estar de acuerdo, pese a esa imagen «catastrofista», definió el edil Alfonso Gómez, que no ve como tal. «La ideología no debe primar sobre la resolución de los problemas de los ciudadanos», remarcó, a la vez que le preguntó si creía que esa infradotación de partidas era intencionada por parte del Gobierno anterior. Este sí defendió el «efecto deseado» que ha traído el tranvía a Zaragoza al pacificar el tráfico.

Por alusiones, le tocaba al antecesor en el cargo de Chueca, Alberto Cubero, de ZeC, responder con más enfasis: le recordó que fue el PP quien votó en contra del presupuesto que continuaba la senda de crecimiento «del 3%» de ejercicios anteriores y reprochó que «habla de infradotación y renuncia a aprobar unas cuentas» propias. «Los problemas no se solucionan creando oficinas para ascender a algún funcionario», criticó. Y pidió, al igual que Podemos-Equo, que no desatienda la inspección a las contratas: «¿O se las va a vender al mejor postor?», le preguntó Amparo Bella.