La churrería de Casetas saldrá a concurso público para que este negocio pueda seguir abierto en el barrio rural zaragozano. Así lo informó ayer el Ayuntamiento de Zaragoza tras haber analizado el caso a partir de la última movilización vecinal del domingo.

Al parecer, un particular anónimo denunció la situación de irregularidad en la que se encontraba la churrería al estar ubicada en suelo público y no pagar ninguna tasa por ello. Esto fue lo que llevó a los agentes de la Policía Local a personarse ante el negocio de Concha Guisado para requerirle los permisos necesarios que le permitieran continuar ejerciendo allí. Hasta el año 2015, a la dueña de la churrería se le otorgaba un documento que ella solicitaba a la Alcaldía de Casetas pero que carecía de validez legal, ya que es el consistorio de Zaragoza quien tiene el poder para tramitarlo. «Todos los alcaldes le firmábamos un papel en el que explicábamos que no nos parecía mal que estuviese ubicada en la plaza Castillo. Pero sabemos que no tenemos competencia para dar el permiso correspondiente», argumentó José Luis Román, alcalde del barrio rural.

El Ayuntamiento de Zaragoza será el encargado de redactar los pliegos necesarios para sacar a licitación la explotación del negocio. Aunque Guisado tiene la intención de jubilarse en dos años, concurrirá al concurso público para continuar con su trabajo hasta entonces. «Me presentaré y lucharé porque estoy empadronada en Casetas y tengo todo aquí», declaró la dueña de la churrería.