Benjamín Abello Sánchez se enfrentaba a 276 años de prisión por acosar nada menos que a casi una cuarentena de niños a través de las redes sociales. Ayer, este gaditano se sentó en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Zaragoza donde ha admitido los hechos y también una condena de 224 años de cárcel. Sin embargo, cumplirá, como máximo, 16 años y medio de prisión, el triple de la pena máxima solicitada por la acusación pública (5 años y medio).

Tal y como apuntó el fiscal, este joven, movido por su «instinto depredador» consiguió imágenes de contenido sexual de al menos 34 menores de edad y acumuló más de 5.000 fotografías y cerca de 150 vídeos. Para ganarse la confianza de sus víctimas, empleaba dos perfiles on line falsos. A veces se hacía llamar Sara y decía tener 14 años. Otra se enmascaraba tras la identidad de un joven nórdico, Vika.