Filtros informáticos y control humano para un acceso limpio a Internet. Es el doble mecanismo con el que los ciberlocales controlan sus servicios, en Zaragoza como en otros lugares. Su objetivo es no dejar espacio a la consulta de material pornográfico y evitar cualquier tipo de falsa asociación entre estos establecimientos y contenidos perseguidos.

"Somos los primeros interesados en evitar que los cibers sean puntos conflictivos de acceso a internet; no queremos problemas en nuestros negocios", dice Jesús González, dueño del ciber Coolnetworks y miembro de la Asociación Aragonesa de Ciberlocales.

Preocupación

Esta entidad, junto a la Asociación de Cibersalas y Cibercafés de Aragón, configuran el panorama actual asociativo de este sector en la comunidad, aunque ahora ambas están en un periodo más inactivo, según afirma González. "El sector de los cibers comparte la preocupación de la sociedad sobre la gravedad de la pornografía en internet. Pero existen programas informáticos que actúan como filtros y que impiden el acceso de ciertas webs", añade.

González, como otros propietarios, ha hecho uso de los filtros y asegura que son "eficaces", ya que impiden el acceso a ciertas webs a partir de una lista de palabras prohibidas , a modo de buscador a la inversa. Sin embargo, matiza que estos mecanismos también implican que páginas inofensivas pueden verse bloqueadas colateralmente.

Los propietarios de la franquicia Bbigg, en Zaragoza, señalan que en la práctica no hay apenas filtros totalmente eficientes, porque "es fácil mentirles a esos programas" y porque vetan el acceso a páginas que no tienen nada que ver con la pornografía. Además, señalan que los precios del software con un mínimo nivel de calidad es excesivo, ya que las herramientas gratuitas que existen no son eficaces.

En cualquier caso, remarcan que el acceso a la pornografía no se produce en el ámbito de los cibers. "Estamos sensibilizados con el problema, pero no es una realidad que afecte a esta clase de locales. Nosotros tenemos un filtro interno y otros programas de detección, pero sobre todo nos damos vueltas por las mesas y nos aseguramos de que no da esa situación", explica Manolo Arregui, dueño de la franquicia en Zaragoza. También González señala que el paseo entre mesas es el filtro más eficaz.

El perfil de los usos que los ciudadanos dan a los ciberlocales viene definido por los juegos, el chat, el correo electrónico o el acceso general a internet. "Vengo con frecuencia al ciber para jugar on-line. Alguna vez he visto algún caso de alguna persona que accedía a pornografía, pero son aislados", dice un joven de 23 años, Sergio Soler, consultado por este diario.