Aumentar las condenas por los homicidios imprudentes al volante es una de las reclamaciones de los ciclistas que observan como las muertes de otros aficionados a este deporte son castigadas con un máximo de cuatro años de cárcel. El acuerdo alcanzado por el Congreso de los Diputados para elevar dicha pena hasta los nueve años de privación de libertad ha sido aplaudida por este colectivo.

Enrique Comín, Alberto Martínez o Tomás Agustín Sancho son algunos de los nombres de ciclistas muertos en la carretera, después de que un conductor bajo los efectos del alcohol o de las drogas les arrollara mortalmente. En ambos casos, los responsables de dichas muertes, Leoncio Moreno y Alberto Lapiedra, fueron condenados, respectivamente, a cuatro y dos años de carcel. Unos antecedentes que, con el acuerdo alcanzado por las Cortes Generales, los presidentes de los clubs ciclistas Actur. Ebro e Iberia esperan que no se vuelvan a repetir.

Plácido Membrado, que está al frente del club Actur, señala que «lo importantes es la educación», si bien tiene la esperanza de que sea «un punto de inflexión para que los conductores se tomen en serio este problema que nos afecta». «Aumentar las penas era nuestra reivindicación y estamos muy satisfechos que nos hayan escuchado, si bien, no vamos a bajar la guardia», apunta.

RAPIDEZ / Membrado espera que este acuerdo parlamentario entre en vigor «con la mayor brevedad posible». En ello coincidie el presidente del club ciclista Ebro, Guillermo Pombo, «porque somos personas, no un animal que sale a la carretera y te llevas por delante».

La elevación de las condenas para Pombo es «fundamental» para que los conductores «piensen que el llevarse por delante a un ciclista o a veinte no se apaña con cuatro años, sino que destrozas una vida y puedes estar mucho tiempo en prisión». «Junto a las penas de cárcel, la justicia también tendría que ser menos laxa a la hora de retirar el carnet de conducir, sigo sin entender como al camionero que se llevó al presidente del club ciclista Ebro tan solo le suspendieron el permiso durante un año». «Hay que escarmentar a la gente», sentenció.

Santiago Iranzo, desde el club ciclista Iberia, resalta que todo lo que sea «penalizar un homicidio imprudente bajo los efectos de las drogas o por exceso de velocidad nos parecerá bien», si bien reconoce que «un despiste no debería incluirse dentro de este aumento del castigo».

Todos ellos ya están organizando la ya tradicional manifestación ciclista que celebran el último domingo del mes de febrero que, en el 2019, el calendario lo fija en el día 26. En estas marchas siempre piden aumentar las condenas, un asunto que esperan no tenerlo que tratar, si bien todavía quedarán pendientes otros como la limpieza o el mantenimiento de los arcenes de las carreteras.

Estas esperanzas pueden verse satisfechas este lunes cuando se vote esta medida en la que trabaja la ponencia del Congreso encargada de reformar el Código Penal en materia de seguridad vial. Según publicó Europa Press, cuenta con el acuerdo de la mayoría de los grupos.

ATENTADO / El nuevo texto apuesta por calificar siempre como imprudencia grave la conducción que atenta contra la integridad de las personas en los siguientes tres supuestos: cuando se comete un delito contra la seguridad vial por exceso de velocidad, cuando se hace bajo la influencia de drogas, o bajo la influencia de alcohol.

Hasta ahora, el juez valoraba si la imprudencia había sido grave, menos grave o leve, de acuerdo con las circunstancias concurrentes en el hecho. Con la nueva regulación propuesta, en cualquiera de estos tres supuestos no cabrá margen de interpretación y se considerará imprudencia grave en cualquier caso.

Los grupos también acordaron que se incluya en el Código Penal un nuevo capítulo dedicado a los delitos contra la seguridad vial en el que esté presente de forma específica un delito de abandono del lugar del accidente.