Los vendedores del mercadillo de la Romareda, en Zaragoza, están como locos. Les acaba de tocar un buen pellizco en los ciegos . No es mucho, porque el premio quedó muy repartido. Pero anoche todos se acostaron agradeciendo su suerte a san cupón bendito . Al 15.492, serie 003, que por primera vez toca en la historia del cupón, al menos en la que aparece en los registros informáticos. Estos ambulantes ya no tienen que cantarle a los guiris que parecen gambas porque 2.247.000 euros les han caído del cielo, o del bombo de la ONCE. A cada uno de los 59 cupones le correspondieron 33.000 euros.

"Conozco a muchos a los que les ha tocado y están contentísimos, porque eran familias muy humildes y aunque este dinero no te soluciona la vida, sí te saca de apuros y te quita deudas", explica Juan Antonio Hernández Fortuna, representante de los ambulantes.

El no compró boletos el miércoles, pero la suerte quiso que muchos otros sí lo hicieran, "tanto clientes como vendedores". Ahora la discusión está en quién vendió la fortuna. El delegado territorial de la ONCE, Ignacio Escanero, asegura que "fue la vendedora Inmaculada Lacámara, habitual de la zona". Pero Hernández no se fía. "Yo creo que fue el Manco, que viene siempre los días de mercado. O el Pedro, uno chiquitico pero muy simpático".

"Todos los vendedores tenemos deudas con el ayuntamiento así que muchos podrán pagarlas", explicó Fortuna. Aunque a él no le bendijo el bombo, sabe que "al Jesús, al otro Jesús y al César sí y eso ya es para ponerse contento".

Los responsables de la ONCE también están satisfechos porque se consideran parte de esta pequeña historia. "Yo creo que el domingo volverán todos al mercado, porque los gitanos somos pobres y esto no da para dejar de trabajar", se lamenta Fortuna. "Pero para quitarse deudas, un poco de hipoteca y otro pellizco para los hijicos tienen".