Cientos de mujeres han guardado fila, desde primera hora de la mañana para besar la reliquia de Santa Águeda en la Iglesia del Portillo de Zaragoza y comprar a la salida los tradicionales dulces que han sido bendecidos por uno de los sacerdotes de la parroquia.

A las 7.30 horas, esta iglesia que data del siglo XII ha abierto sus puertas como cada año para acoger a un goteo de gente que no ha cesado a lo largo de la mañana y conmemorar a Santa Águeda, patrona de las mujeres.

Y es que sólo este día se puede venerar una supuesta reliquia de la santa, un trozo de cráneo ubicado en el interior de una recipiente de plata con forma de pecho, custodiada por la iglesia durante el resto del año.

Una tradición que cada año atrae en Zaragoza a entre 4.000 y 5.000 devotos de Santa Águeda de Catania, mártir cristiana a la que le amputaron los pechos, y que se remonta al siglo XVI, ha explicado el sacerdote de la parroquia Fernando Domingo, quien puntualmente a las nueve de la mañana ha bendecido los dulces de los cinco puestos ubicados en la plaza.

Tras esperar en una fila ordenada por vallas, los fieles, la gran mayoría mujeres, han entrado al templo; han besado la reliquia ofrecida por dos voluntarios y se han dirigido a poner una vela a la imagen de Santa Águeda.

Siguiendo la tradición que ya guardaba su abuela y su madre, Isabel Adán ha sido una de las mujeres que se han acercado. "Y esta tarde, vendrán mis hijas y hasta mi nieta de tres años que ya empieza a coger los hábitos de la familia", ha apuntado.

"Yo vengo porque me gusta celebrar los santos más señalados", ha afirmado Elena Orós, natural de Zaragoza que ha acudido acompañada de su hija Amanda Vela quien, además de pedir por la salud de la familia ha puesto una vela por sus exámenes.

Entre las mujeres que se han acercado también había algún hombre, más o menos escondido en la fila, como Miguel Artigas que ha ido acompañar a su esposa. "Me lo manda la señora", ha apuntado entre risas. "Tiene que pedir por mí, que me han operado de un tumor en el pecho", ha añadido su mujer.

A la entrada al templo, miembros de la asociación Amac-Gema contra el cáncer de mama y genital han distribuido un lazo blanco como llevan haciendo desde hace 18 años, para recaudar donaciones y recordar su lucha aprovechando la afluencia a la iglesia.

"Muchas vienen a pedir que les protejan del cáncer de mamá y hasta nos dicen que aún conservan el lazo del primer año", ha indicado la presidenta de la organización, María José Aybar.

Y para endulzar el día, a la salida de la iglesia, cinco puestos han vendido desde las ocho de la mañana el tradicional dulce, un bollo relleno de trufa y nata, conocido por muchos como las "teticas de Santa Águeda" que esta mañana han llegado a venderse a pares.