La ya tradicional procesión del traslado del conocido como Cristín que realiza La Columna se suspende este año. Así lo ha anunciado el hermano mayor de esta cofradía zaragozana, Jesús Cortés, en una publicación interna en la que explica que se debe a que las monjas dominicas propietarias de la talla del siglo XVIII dejan su convento y se trasladan a otro en la carretera de Logroño ante la falta de vocaciones que tiene la orden.

Cortés explica que ya han mantenido conversaciones con la priora de cara a conseguir la cesión en usufructo de esta imagen, que es el Cristo fundacional de la cofradía. La idea es que pueda rendirse al culto el resto del año en la sede canónica de la hermandad, en la iglesia de Santiago. Ello no implicaría un cambio en la relación con las religiosas, tal y como afirma, ya que seguirían realizando los rezos de las vísperas o el traslado de la virgen de la Fraternidad en su Mayor Dolor al convento donde pasa una noche junto a las monjas, entre otras actividades.

«Muchos de vosotros, sin saberlo, realizasteis el año pasado la última salida», señala el hermano mayor, quien explica que la imagen ya no va a estar en su actual ubicación para seguir realizando una procesión que data del Domingo de Ramos del año 2000.

En aquel momento la cofradía decidió realizar el traslado de la talla de madera policromada de tan solo 0,86 metros de altura dignificándola en forma de procesión y no con una furgoneta como lo que hacían hasta ese momento. El primer año se hizo después de una lluviosa mañana en la que realizaron su salida 204 hermanos, de los cuales 56 fueron voluntarios en relevos para llevar la peana. Al año siguiente se bajó a 174, y entre esa cifra y los 200 se ha movido los restantes años.

«Si tuviéramos la suerte de que la decisión final fuera cedernos la imagen en usufructo, se montará un acto de entrega que será muy diferente dependiendo de la fecha en que suceda o incluso podríamos organizar una procesión extraordinaria de entrega», asevera Jesús Cortés.

Ello podría implicar que la peana pudiera procesionar el Jueves Santo en su procesión principal.

Otra de las consecuencias del cierre del convento de Santa María del Pilar es que la cofradía se ha quedado sin uno de los almacenes principales en los que guardaban parte de su patrimonio y que estaba en las instalaciones de las monjas dominicas. Señala el hermano mayor de La Columna que ellos también han tenido que realizar otra mudanza de enseres a un nuevo emplazamiento perteneciente a uno de sus hermanos.