Graciela y Hanna piensan que es posible alcanzar la paz entre Israel y Palestina a través del diálogo y las negociaciones, sin necesidad de hacer uso de la violencia. Y, por este motivo, se han desplazado hasta Zaragoza para asistir al II Encuentro palestino-israelí de Educadores para la Paz que cuenta con la colaboración del Instituto Aragonés de la Juventud y en el que participan un total de 27 personas.

Tanto Graciela Roitman, una mujer de origen israelí, como Hanna Kheoury, un hombre palestino, han depositado en este encuentro grandes expectativas. "Los que estamos aquí creemos en la paz", afirmaba ayer Hanna, mientras que Graciela aseguraba que este proyecto le ha devuelto su "fe en la paz". Y es que los dos están seguros de que la voluntad de la mayoría de sus conciudadanos es abandonar las armas.

Durante su corta estancia en Zaragoza estos educadores convivirán a diario con la intención de establecer puentes de comunicación entre dos comunidades enfrentadas, además de aprender técnicas de mediación. "Desde hace 50 años vivimos en este conflicto y estoy aquí para contactar con israelís y que el proyecto que ahora iniciamos después tenga continuidad en nuestros países. Sólo así podremos ayudar a conseguir la paz", explicaba ayer Hanna.

Sin embargo, la experiencia de Graciela confirma que mantener el contacto de vuelta a Oriente Próximo no es fácil. "Mi hijo ya estuvo aquí este verano en un programa de encuentro para niños palestinos e israelís. Aquí se hizo amigo de otros chicos palestinos pero allí no han podido volver a encontrarse y no pueden mantener el contacto". Pero, pese a los problemas y dificultades que puedan surgir, esta educadora israelí considera que este foro que se ha establecido en Aragón por segundo año consecutivo es muy importante y necesario. Según Graciela, "para acabar con los conflictos es necesario el diálogo entre las partes implicadas y, como en todo, hay que empezar por espacios pequeños como este y luego ir haciéndolos más grandes".

Mediadores en conflictos

Pero, además de dialogar, estos educadores vienen a Zaragoza para recibir un curso sobre mediación en comunidades enfrentadas. A lo largo de cinco días aprenderán técnicas para la resolución pacífica de conflictos y también métodos de enseñanza para la educación en paz. Unos métodos que se encargarán de aplicar y trasladar a sus alumnos una vez que vuelvan a sus países. Sin embargo, y pese a su apretada agenda y a la seguridad que les rodea, estos educadores también tendrán la posibilidad de realizar visitas por Zaragoza y sus alrededores para conocer distintos monumentos que reflejan el paso y la convivencia de distintas culturas en estas tierras.