La Policía Local de Zaragoza (con el auxilio de la Guardia Civil en uno de los casos, en Casetas) arrestó en la madrugada de ayer a cinco conductores en menos de dos horas, entre las 3.30 y las 5.20 horas, por conducir ebrios en distintos puntos de la ciudad.

La primera noche oficial de las fiestas del Pilar (el viernes aún no había sido el pregón) dejó este balance que sirvió para comprobar que no son los más jóvenes quienes mayoritariamente cometen la imprudencia de coger el coche bebidos. Salvo el detenido en Casetas, de 33 años, el resto estaban entre los 40 y los 56.

Las intervenciones fueron rutinarias, al interceptar conductores que o bien circulaban de forma llamativa o fueron parados en algún control aleatorio. El único conductor que sufrió un percance fue uno de 40 años, que se salió del camino de San Antonio (cerca del polígono industrial Miguel Servet) y quedó apoyado directamente sobre los bajos.

Una patrulla de la Policía Local que pasaba por allí trasladó al conductor a las dependencias de la Policía Judicial, donde al practicarle el test de alcoholemias comprobaron que superaba la tasa penal.

Fue citado para juicio rápido, al igual que el resto de los conductores, y el depósito municipal recibió sus cinco vehículos, que fueron puestos a disposición judicial a la espera de la celebración del correspondiente juicio.