El centro de salud de Valdespartera está saturado. De hecho, el progresivo incremento de pacientes y la falta de personal para atenderlos está provocando demoras de entre tres y cinco días en citaciones para consultas. "No tiene sentido porque, en ese tiempo, un catarro casi se ha pasado ya, por ejemplo", advirtió Yolanda Ibáñez, presidenta de la asociación de vecinos Esa tardanza, además, provoca una saturación de las Urgencias, al que acuden los pacientes que optan por no esperar a la citación.

En realidad, llueve sobre mojado. Porque las quejas se vienen sucediendo con asiduidad debido a que, según los afectados, el crecimiento del centro --inaugurado en el 2010 para dar servicio a unos 9.000 pacientes y que actualmente atiende a más de 23.000-- contrasta con el "estancamiento" en cuanto a la dotación de personal. De hecho, los recortes no solo afectarían al número de médicos o enfermeros, sino también a personal de limpieza y administrativo. "Hay los mismos que cuando se abrió el centro", afirman los usuarios.

Todo ello provoca que la práctica totalidad de los profesionales que pasan consulta en Valdespartera sobrepasan las 2.000 cartillas cuando el cupo aconsejable está establecido en 1.500.

Además, el único refuerzo de plantilla que se ha llevado a cabo ha sido para el turno de mañana, cuando la principal demanda de los usuarios es por la tarde, por lo que la mayoría de los pacientes asignados a ese nuevo médico se han cambiado a otro que pase consulta vespertina.

Además, las quejas alcanzan a la falta de un médico de refuerzo "pese a la epidemia de gripe". De hecho, los afectados sostienen que un médico ha tenido que pasar "hasta 23 urgencias en una tarde y más de 40 en agenda".

Por eso, en el centro se ha optado por fijar un tope de 10 urgencias y derivar al hospital Militar a los pacientes que, a partir de esa cantidad, acudan al servicio del centro. "No hay médico de Urgencias y los que van se meten en la agenda de los médicos que están trabajando, por lo que pueden estar esperando mucho tiempo ya que se atienden cuando hay hueco", advierte Jorge, uno de los usuarios del centro de salud.

La situación hace que se atienda a un paciente cada seis minutos, cuando lo idóneo es hacerlo cada diez. "Es algo generalizado. Cada vez hay más personas viviendo en el barrio y en todo el territorio, ya que abastece a vecinos de Rosales del Canal o Arcosur, entre otros, y los médicos están saturados", añade Ibáñez.

Además, los usuarios alertan de la repercusión que tendrá en el centro la futura centralización de las unidades de salud mental. "Al trastorno que supone el desplazamiento hasta aquí de los pacientes se une que se llenarán consultas destinadas a gente de aquí, no de otros barrios".