Huesca y Tarbes (Altos Pirineos franceses) celebraron ayer, en el contexto de la víspera de San Lorenzo, los 50 años de hermanamiento entre ambas ciudades. En el acto, que congregó a los alcaldes actuales y también a Fernando Elboj y Luis Felipe, se leyeron discursos para conmemorar la efeméride y se entregaron reconocimientos.

Así, el alcalde de Tarbes, Gérard Trémège, recibió la medalla de oro del Ayuntamiento de Huesca, mientras que la capital oscense entregó un galardón a la responsable de la oficina de turismo de la localidad francesa, por su papel en la difusión de los valores de los territorios transpirenaicos.

La alcaldesa de Huesca, Ana Alós, se refirió en su discurso a la importancia del hermanamiento, mientras que Gérard Trémège aseguró que los lazos que se han creado entre ambas ciudades durante medio siglo van más allá del símbolo de la unión transfronteriza para convertirse en un elemento dinamizador de la economía, la cultura y la sociedad.