El Ayuntamiento de Teruel liquidó el presupuesto del 2016 por primera vez con un «remanente de tesorería positivo» después de doce años cerrando en negativo, según destacó ayer la alcaldesa de Teruel, Emma Buj. La primer edil subrayó que el ayuntamiento «se encuentra en una situación saneada» y la muestra es que «todos los datos económicos del ayuntamiento son números azules, en positivo».

Junto a la concejal de Economía, Rocío Feliz de Vargas, la alcaldesa valoró que el remanente de tesorería positivo -más de un millón de euros- podrá utilizarse cuando se aprueben los Presupuestos Generales del Estado, que son los que dan la autorización para que se pueda utilizar este importe.

Buj destacó también que la deuda del ayuntamiento se ha reducido a un tercio desde el 2010 cuando el Partido Popular asumió la gestión del consistorio. Así, ha pasado de 1.707 euros por habitante en el 2010 a 608 a 31 de diciembre del 2016, con lo que Teruel ha dejado de ser la segunda capital de provincia española con más deuda por habitante, solo por detrás de Madrid. La deuda a entidades de crédito a cierre del 2016 se cerró con 18.945.958,18 euros, a la que se suma la deuda a terceros (incluyendo la comercial) de 2.652.496 euros, con lo que el total de la deuda asciende a 21.598.454,18 euros.

Buj resaltó que en el 2010 el Partido Popular tomó las riendas del ayuntamiento que estaba en «quiebra técnica» y puso el símil de que se trataba de un «enfermo terminal, en la UCI» y en estos momentos, «el enfermo ha recibido el alta».

Esa mejora, dijo la primer edil, la han realizado cumpliendo «a rajatabla» el camino económico marcado, “sin reducir un solo servicio» a pesar de que se han bajado las partidas de servicios sociales del Gobierno de Aragón».

A su juicio, «la deuda incontrolada» del pasado «siempre la paga el ciudadano» y por eso indicó que el saneamiento de las arcas municipales beneficia al ciudadano, porque se han recuperado las inversiones y volver a endeudarse «de manera controlada».