El alcalde en funciones de Teruel, Julio Esteban, entregó ayer al presidente de la Diputación Provincial de Teruel (DPT), Miguel Ferrer, la Medalla de Oro de la Ciudad concedida a los bomberos que desde 1967 prestan el servicio de extinción de incendios en esta capital.

La Medalla de Oro se entregó en un acto celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento de Teruel con motivo de la conmemoración de la patrona de la ciudad, santa Emerenciana, y de la elección del Seisado , una costumbre que se remonta al siglo XV. La alcaldesa, Lucía Gómez, se ausentó de este acto debido a su repentino viaje a Madrid, donde fue nombrada miembro de la nueva Ejecutiva Federal del PSOE.

Ferrer destacó el esfuerzo que desde la Corporación Provincial se lleva a cabo para potenciar y extender el servicio de bomberos, que cuenta con parques en Teruel capital, Alcañiz y Calamocha y 27 bases repartidas por el territorio y atendidas por voluntarios.

LA PLANTILLA El jefe del Servicio de Extinción de Incendios de la DPT, Gaspar Lozano, informó de que la plantilla actual es de cinco bomberos profesionales en los tres parques y 78 voluntarios y que se cuenta con un total de 49 vehículos. Anualmente se realizan un millar de intervenciones de las cuales el 50% se efectúan desde el parque de Teruel y en el casco urbano, pues es la única capital de provincia de carece de servicio propio de bomberos.

Tras la entrega de la Medalla de Oro de la ciudad se pasó a nombrar a los seises , el último concejal que haya contraído matrimonio y cinco parejas que lo hayan hecho en el último año. El Seixado es una institución de tradición medieval que originariamente estaba formada sólo por hombres y cuya función era sustituir a los regidores municipales en el caso de que estos desapareciesen en una situación de catástrofe.

Tras el acto celebrado en el ayuntamiento, los seises y la corporación participaron primero en una misa en la catedral y después en una procesión en la que se sacó una reliquia de la santa.