El Ayuntamiento de Teruel ha recibido autorización de la Confederación Hidrográfica del Júcar para utilizar el agua de una acequia durante la celebración de las Bodas de Isabel, entre el 15 y el 18 de febrero próximos. Su caudal se podrá destinar al baldeo de las calles y al riego de las zonas verdes, dos operaciones que se han visto drásticamente limitadas en la ciudad debido a la sequía que le afecta desde hace meses.

Así lo anunció ayer la alcaldesa de la ciudad, Emma Buj, tras la reunión que mantuvo la comisión de expertos y representantes públicas creada para abordar el problema de la falta de lluvias. Buj mandó a los turolenses un mensaje de «tranquilidad», dado que no se van a aplicar medidas de restricción del consumo de agua de boca.

Sin embargo, la regidora hizo un llamamiento al consumo responsable de agua y a que se sigan los consejos de las campañas de ahorro aplicadas en la ciudad, que han dado como resultado «un ahorro del 5%» respecto al año pasado por estas fechas.

Una de las acciones desarrolladas por Teruel para paliar la sequía ha sido diversificar sus fuentes de suministro. Para ello se han venido realizando pruebas en los pozos de San Blas, donde se produjo una avería que se ha arreglado.

La idea es que, dentro de un tiempo, el suministro se reparta al 50% entre el embalse del Arquillo y los pozos de San Blas. El primero se halla con un nivel muy bajo, con unos 2,9 hectómetros cúbicos, pero seguirá prestando servicio hasta el momento en que afecte al caudal ecológico.

SUMINISTRO AL 50%

Entonces llegará la hora de utilizar los pozos de San Blas para garantizar todo el suministro del municipio. Pero se trata de medidas planeadas para el futuro que solo entrarán en vigor si no llueve o nieva en la zona de la que se nutren el embalse y los pozos, situada en la vertiente aragonesa de la sierra de Albarracín.

Por el momento, en Teruel están cerradas todas las fuentes públicas, excepto la del Torico, que permanece abierta debido a su carácter simbólico y a su ubicación en el lugar más visitado por los turistas. Esta y otras medidas, como la búsqueda de nuevos pozos de agua, se tomaron al término del verano.

Ahora, ante un invierno que está resultando inusualmente seco en el sur de Aragón, se tienen depositadas algunas esperanzas en la próxima primavera, la época del año en que más llueve en Teruel y su entorno.

Mientras eso llega, los pozos desempeñarán un papel fundamental en el suministro de agua de boca, motivo por el que se realizan pruebas que garanticen que funcionarán debidamente llegado el momento.

Los consejos de ahorro sugeridos por el consistorio han calado en la opinión pública, que ve con alivio la posibilidad de usar agua de una acequia para la limpieza de las calles durante los cuatro días que durarán las Bodas de Isabel. Estas fechas, la gran afluencia de público y el consumo en las calles obligan a extremar el mantenimiento de los lugares más frecuentados.