A través de un body de bebé se puede saber si este tiene fiebre o no. ¿Cómo? La clave está en el calor. Si la temperatura del cuerpo humano supera los 36 grados, el dibujo impreso sobre el tejido de la prenda de vestir se borra. Si no es así, significa que el bebé se encuentra bien.

"No se usa un termómetro y se puede ser consciente de la situación antes de que la criatura llore", así lo explicaron --y demostraron-- ayer tres representantes del Instituto de Nanociencia de Aragón (INA) de la Universidad de Zaragoza durante la celebración, por cuarto año consecutivo, de La Noche de los Investigadores, una actividad en la que los investigadores acercan a los ciudadanos de forma lúdica su trabajo, los beneficios que aportan a la sociedad y su repercusión en la vida cotidiana a través de experimentos, talleres experiencias o representaciones visuales.

La plaza San Francisco fue, un año más, el lugar elegido para despertar la pasión por la investigación de los más pequeños, que pudieron probarse gafas de realidad virtual, jugar con robots inteligentes o visualizar como la impresión 3D hace posible la creación de numerosos dibujos animados de Disney. "Acaban de salir del colegio y esta es una buena actividad para que se ilusionen por ser algo de mayores", explicó un grupo de madres. Once comunidades de España --y ciudades de otros 32 países-- celebraron simultáneamente esta iniciativa entre las 16.00 horas y la medianoche.

Esta reunión improvisada de científicos, curiosos y niños tuvo un objetivo: disfrutar de la ciencia en primera persona. "Hemos sacado a la calle nuestras investigaciones del día a día", explicó una experta del Laboratorio de Genética y Bioquímica de la Facultad de Veterinaria. En su expositor, el público pudo ver a través de los microscopios la estructura de los cromosomas de una vaca, que son investigados por los expertos para comprobar si el ganado está o no en buenas condiciones tras analizar el ADN.

El público también pudo comprobar la extracción de muestras de los troncos de los árboles a través de una barrena, "sin necesidad de realizar una tala", para saber los años del mismo, según explicaron desde el Departamento de Geografía. "Los árboles más viejos de España están en Andalucía y, en Aragón, se encuentran en Teruel", señalaron.