La mala ubicación de algunos climatizadores del Clínico de Zaragoza, cuya entrada se encuentra anexa a las torres de refrigeración donde surgió el brote de legionela de junio, pudo contribuir a que la bacteria se propagara también a los sótanos del hospital mediante este sistema.

Así se denuncia en un nuevo informe que el doctor José Luis Ansón envió ayer al presidente de Aragón, Marcelino Iglesias. El texto intenta explicar el modo en el que pudo contagiarse al menos uno de 32 los afectados por la epidemia. Se trata de un médico que trabaja en el departamento de Anatomía Patológica del propio Clínico. Este servicio está ubicado en los sótanos y que carece, por lo tanto, de ventanas de comunicación con el exterior.

La presencia de estos climatizadores pegados a las torres implicaría que sí hubo fallos estructurales. Estos sistemas tienen la misión de llevar aire no contaminado a las plantas situadas en el subsuelo. Y, según se puede apreciar en algunas fotografías, al menos hay tres climatizadores ubicados junto a las torres donde apareció el brote de legionela.

Un técnico experto en este tipo de sistemas de refrigeración consultado por este diario, que quiso mantener su anonimato "por miedo a represalias", tildó ayer de "grave fallo de ingeniería" la convivencia de torres de refrigeración y climatizadores, "no sólo desde el punto de vista bacteriológico" sino también "desde el energético".

EL INFORME Los citados climatizadores están en el nivel de las torres, pero el conducto de salida se dirige hacia plantas inferiores, es decir hacia el ala izquierda de Urgencias ubicada en el sótano -1 y posiblemente también a Anatomía Patológica, que está en la -2. De ser cierta la hipótesis que Ansón recoge en su informe, la bacteria podría haberse contagiado por este mecanismo, es decir a través de los conductos de aire acondicionado.

Al parecer, la aspiración por parte del climatizador de microgotas de agua contaminada es más fácil en los momentos en los que se paran automáticamente los ventiladores de las torres de refrigeración, cosa que se hizo durante el brote, para intentar limpiar esta instalación una vez detectada la bacteria.

El informe de Ansón denuncia asimismo que el Salud no dio órdenes precisas para que las ventanas estuvieran cerradas. "La primera nota informativa a los empleados la realizó el 21 de junio --10 días después de que conociera el inicio del brote epidémico-- y en ella no constaba la advertencia de prohibición de abrir las ventanas".

El facultativo remitirá hoy este documento a los grupos de las Cortes autonómicas, a la ministra de Sanidad y al Justicia de Aragón, que mantiene abierta y en curso una investigación sobre el brote. En el expediente figuran otros informes de Ansón, en los que se denunciaba el estado de las torres de refrigeración y, particularmente, de los separadores de gotas, encargados de que escape el agua (que es el vehículo de la legionela).

Esta misma semana, el diputado del PP Ricardo Canals pidió a los grupos de PSOE y PAR de las Cortes que permitieran la comparecencia del médico en el Parlamento. De momento, no se ha producido ninguna respuesta a este respecto.