La Unidad de Glaucoma del Servicio de Oftalmología del hospital Clínico de Zaragoza ha incorporado a su cartera de servicios la técnica de la canaloplastia, una novedosa herramienta para tratar el glaucoma, una alteración del nervio óptico que provoca pérdida visual.

Desde su implantación, a finales del pasado año, los oftalmólogos Juan Ibáñez y Juana Martínez llevan realizados con éxito una docena de casos. Se trata de una técnica compleja pero altamente eficaz y con un bajo índice de complicaciones, según informó ayer el Departamento de Sanidad.

El procedimiento puede beneficiar a determinados pacientes con glaucoma y se estima que, a lo largo del este año, entre 60 y 80 afectados por la patología refractaria (de ángulo abierto) puedan ser intervenidos en el Clínico con esta novedosa técnica.

«Es una alternativa quirúrgica a las habituales en glaucoma. Consiste en la inserción de un microcatéter en la zona, lo que favorece una recuperación visual más rápida y un control de la tensión muy alto», explicó Ibañez.

Además, al ser no perforante y mínimamente invasiva reduce los riesgos de infección y posibilita una rehabilitación mucho más rápida. Con este método se consigue una reducción de la presión intraocular de más de un 35% y, en un principio, estaría indicada en casi el 80% de los pacientes afectados por glaucoma refractario al tratamiento tópico (con colirios), ya sean de ángulo abierto, pseudoexfoliativos o pigmentarios.

Javier Ascaso, responsable del servicio de Oftalmología del Clínico, precisó que la canaloplastia se desarrolló hace 10 años, pero ha tardado en ser introducida en España «por la dificultad quirúrgica que conlleva», dijo. «El Clínico se ha convertido en centro de referencia en Aragón y ofrece unos buenos resultados funcionales y un número menor de complicaciones», añadió el doctor Ascaso.

CEGUERA

El término glaucoma designa a un grupo de enfermedades que tienen en común una alteración del nervio óptico que provoca pérdida visual y en la que el principal factor de riesgo es el aumento de la presión intraocular. Se trata de la primera causa de ceguera irreversible.

En la anatomía del globo ocular, el canal de Schlemm discurre por la parte externa del iris a lo largo de sus 360 grados. En un gran porcentaje de casos, el glaucoma suele estar causado por la obstrucción de dicho canal, produciéndose un acúmulo acuoso en el interior del ojo y el consiguiente incremento de la presión intraocular.

La técnica de la canaloplastia pretende reducir dicha presión intraocular insertando el microcatéter en toda la extensión del canal de Schlemm. A través del mismo se inyecta un material viscoelástico que permite agrandar y dilatar.

Diferentes estudios han demostrado que esta intervención tiene un alto grado de eficacia y un nivel de seguridad superior a otras, especialmente aquellas que requieren perforar el ojo y que implican un alto riesgo de reacciones como hipotensión, inflamación o hemorragias.