El hospital Clínico de Zaragoza ha logrado un descenso del 5% en el consumo de antibióticos desde que en el 2015 pusiera en marcha una estrategia para atajar el aumento que se producía anualmente de entre el 3% y el 5%. El centro ha conseguido esta reducción a través del Programa de Optimización de Uso de Antibióticos (Proa), un plan de mejora de la calidad asistencial en el que participan directamente siete servicios del hospital.

Este equipo de trabajo ha diseñado una serie de actividades cuyo objetivo ha sido facilitar la toma de decisiones de los facultativos del centro en todo lo relacionado al uso de antibióticos.

La reducción se ha producido a expensas de aquellos fármacos considerados estratégicos por su impacto negativo en la aparición y expansión de la resistencia o por su alto valor para tratar infecciones.

Así, en antibióticos de la familia de las quinolonas (infección urinaria, neumonía o diarrea) su consumo ha disminuido en un 28%, mientras que los de la rama de los carbapenemes (infecciones urinarias graves de las vías urinarias, el riñón y el abdomen) ha bajado un 15%.

La resistencia a los antibióticos es globalmente uno de los principales problemas de Salud Pública, como reconocen la Organización Mundial de la Salud.