El escondite era bueno, pero los nervios le jugaron una mala pasada a D. L. H., quien fue detenido con cocaína escondida en los testículos. La Policía Nacional le descubrió durante un servicio especial para combatir el pequeño tráfico de sustancias estupefacientes en la estación intermodal zaragozana.

El arresto de este hombre de 45 años se produjo el pasado sábado. Lo habitual entre los pasajeros que transportan droga es que la lleven oculta en bajos fondos de maletas, entre la ropa o en su estómago, pero este sospechoso prefirió llevarla mucho más protegida, es decir, entre sus piernas.

Sin embargo, fue ver a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y empezar a sudar debido a su nerviosismo. No era por miedo a los perros, sino por temor a que descubriesen que llevaba tres papelinas de cocaína y una bolsita con siete gramos de esa misma sustancia estupefaciente.

En un primer momento, D. L. H. trató de confundir a los policías diciéndoles que no era cocaína, sino un medicamento para tratarse una enfermedad de los pies.

Respuesta que no se creyeron los agentes por lo que le invitaron a cambiar su viaje en autobús por otro en un coche patrulla. El destino también era muy diferente: su casa.

Allí hicieron un registro y hallaron otros 15 gramos de cocaína preparados también en bolsitas listas para ser distribuidas, así como balanzas de precisión y otros útiles para el tratamiento de la droga.

Esto llevó a la Policía Nacional a descubrir no solo a un distribuidor, sino a una persona que supuestamente se dedica a las labores de manufactura de droga. Este hombre fue puesto a disposición del juez de guardia.

La detención fue practicada por agentes de la Brigada Móvil de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, y la investigación fue desarrollada por miembros de la comisaría del distrito Actur-Rey Fernando de la capital aragonesa.

Este hombre se enfrenta a penas de prisión de entre tres y seis años. En este caso, se considera que la droga que traficaba es causante de grave daño a la salud, a diferencia del hachís, la metadona, el trankimazín o el MDMA.