El aeropuerto de Madrid-Barajas ha vivido con el paso de la borrasca Filomena una de las crisis más importante de los últimos años con infinidad de vuelos desviados por las pésimas condiciones que ofrecía la pista de aterrizaje y despegue con una acumulación de nieve en la capital de España inédita en mucho tiempo. Por eso se acabó apoyando en otras ciudades próximas para derivar las aeronaves que no podían tomar tierra allí. De todos los vuelos afectados, solo doce acabaron en Zaragoza, diez de ellos de mercancías y dos con pasajeros.

Desde el pasado día 9, día de la gran nevada recibida en la capital aragonesa y en toda la comunidad, hasta el pasado martes, han estado llegando aeronaves desviadas por la pista madrileña. Ese primer vuelo derivado fue de la compañía Airbridge Cargo, procedía de La Coruña y después despegó para poner rumbo a Moscú. El último, el del día 19, pertenecía a la compañía Fly Emirates Cargo y llegaba a España desde Dubai, adonde regresó tras pasar por la terminal de Garrapinillos. Entre ellos, otra decena de aeronaves afectadas.

También de Emirates, y con el mismo rumbo (de origen y destino), llegó otro el día 12 y dos más el pasado domingo, día 17. Por parte de la compañía Airbridge Cargo, se recibieron cuatro aeronaves más aparte de la del 9, una al día siguiente, el domingo 10, con la misma ruta, procedente de La Coruña y con destino a Moscú, y cuatro más procedentes del aeropuerto ruso de Krasnoyark y que regresaban después a Moscú, uno el día 14, otro el 15, y dos el 16.

Mientras, los de pasajeros llegaron el día 12, de la compañía Wizzair procedente de Cluj-Napoca destino Cluj-Napoca, y el 10, de Iberia Express que había partido de Sevilla.