Aragón y Austria están este curso un poco más conectados gracias al colegio de educación especial Alborada, en Zaragoza. La idea partió de Pablo Salinas, un antiguo profesor del centro que trabajó hace ocho años en esta instalación del Actur y, actualmente, ejerce como docente en la escuela Sonderschule Rosenhain de Graz, en Austria. «Se puso en contacto conmigo a finales del pasado curso para realizar un proyecto dentro del Programa Erasmus Plus. Se trata del KA2, de asociaciones estratégicas de cooperación para el fomento de la innovación y el intercambio de buenas prácticas», explica Almudena Almudí, maestra en el colegio Alborada.

La iniciativa, bajo el nombre Zeig mir, was du machst und wie (Enséñame lo que haces y cómo lo haces, en castellano) incluye la movilidad de profesores y alumnos de los centros que participan. Tiene una duración de 21 meses y, según los organizadores, está previsto que sea el próximo año cuando se realicen los intercambios de los estudiantes. «De ese modo podrán personalmente a los compañeros de Austria con los que tantas experiencias están intercambiando», añade Almudí.

Las prácticas de este proyecto se relacionan principalmente con las nuevas tecnologías, la comunicación y también el deporte. Además de todo ello, entre Zaragoza y Graz se comparten conocimientos del país de cada centro, así como costumbres y tradiciones. «Por el momento hemos intercambiado cuestiones como las Fiestas del Pilar, el día de Austria, el día internacional de las personas con discapacidad o talleres de cocina, pero también hemos recibido la visita de profesores de la Sonderschule Rosenhaim», comenta la educadora.

Viaje en enero / Al respecto, Almudí apunta que la experiencia «fue muy positiva», ya que los alumnos «se volcaron» en todas las tareas para la recepción y acogida de los compañeros. «Se marcharon comentando lo mucho que les habíamos enseñado y lo a gusto que se habían sentido», apunta Almudí.

El turno de los docentes aragoneses llegará el próximo enero, cuando tres profesores de Alborada visitarán Austria una semana para conocer las instalaciones y seguir produndizando en las actividades que se pueden realizar.

«Los estudiantes muestran mucho interés y se sienten muy orgullosos cuando saben que sus fotos trabajando están expuestas en el cole de Graz», precisa Almudí, quien no se olvida de las familias y los entornos sociales. «Se muestran felices de que sus hijos puedan colaborar en un proyecto internacional como, ya que así aumentan las posibilidades de dar visibilidad a las personas con discapacidad fomentando así su inclusión en la sociedad», dice la docente.