El colegio de Geólogos de Aragón remitió ayer tarde una carta a la consejería de Educación en la que alertaba de la situación que vive el edificio del colegio público Baltasar Gracián de Calatayud, donde desde noviembre son ostensibles unas grietas en varias de sus paredes y techos. La actividad escolar --hay algo más de 160 alumnos-- se ha desarrollado con normalidad desde entonces, pero la preocupación se ha disparado entre los padres y responsables del centro en los últimos días.

Fuentes de la consejería informaron de que está previsto que el lunes comiencen las obras de rehabilitación. Desde el departamento que dirige Eva Almunia se ha minimizado siempre la aparición de estas grietas, insistiendo en que no existía riesgo para los alumnos.

TESTIGOS ROTOS Técnicos de la DGA ya examinaron las aulas afectadas en noviembre y colocaron testigos de yeso para estudiar la evolución de las grietas. Pese a que muchos de estos testigos se han roto --evidencia de que la estructura cede--, desde Educación han proliferado los llamamientos a la calma.

Sin embargo, los geólogos salieron ayer al paso e instaron por escrito a la consejería a adoptar medidas "preventivas al riesgo de subsistencia o colapso de la zona del colegio" afectado. En el mismo documento, que está firmado por el presidente Joaquín Lahoz Gimeno, se solicita "con urgencia" que se realice "inmediatamente un estudio geológico y geotécnico preciso que diagnostique las causas de la aparición de las grietas". "Este estudio deberá recomendar soluciones", concluye el texto.

Los geólogos no dudan en hacer referencia en su escrito a lo sucedido también en Calatayud con la casa azul , un edificio que se ha visto abocado al derribo después de que una enorme sima obligara a desalojar con urgencia a 50 familias la madrugada del 10 de noviembre.

PRECEDENTES PREOCUPANTES Según informó Efe el jueves, las grietas que han aparecido se encuentran en la misma zona en la que se desplomó el techo hace aproximadamente treinta años. En aquella ocasión, el desplome se achacó a problemas de inestabilidad estructural y afectó exactamente a la sala que se utilizaba como comedor, si bien no causó heridos porque el hundimiento se produjo en sábado.

El director del colegio, Antonio Abián, se ha sumado también al conjunto de voces que solicitan con insistencia "la máxima precaución" en este asunto. La asociación de padres ya se quejaba el jueves de la "tardanza" de la DGA en reaccionar.

A este respecto, fuentes de la consejería de Educación explicaron ayer que la fecha prevista "desde hace tiempo" para iniciar las obras es la del lunes 2 de febrero, "por lo que no entendemos los motivos de tanta protesta".

"Lo que aquí tenemos todos muy claro es los testigos se han roto y que es evidente que hay que actuar cuanto antes", dijo ayer el director del centro, muy preocupado.