Rojo, azul, amarillo o verde. Estos son algunos de los colores con los que se vistió ayer el barrio de San Pablo que inauguró la undécima edición de la Carrera del Gancho.

Este evento, uno de los más esperados del año en el barrio, acogió a una amalgama de personas de diferentes nacionalidades, construyendo un ambiente propio del lema bajo el que se inscribía la fiesta Calles de color. Baile en la calle, teatro para niños, magia o mareas de colores que reivindican "de forma divertida" son algunos de los actos que tuvieron lugar ayer. La música fue la protagonista con bailes japoneses, capoeira y flamenco. La calle las Armas, el centro musical son el escenario principal este año donde además se celebran talleres de artes plásticas, construcción de instrumentos musicales, papiroflexia o caracterización

Aunque se concentre en dos días, la carrera es mucho más que las actividades que se celebraron ayer y que continúan hoy en las Armas. Este fin de semana es fruto del trabajo realizado a lo largo de todo el año por los vecinos, entidades y colectivos del barrio.

La Fundación Federico Ozanam, el área de Acción Social del Ayuntamiento de Zaragoza, Zaragoza Cultural, la Oficina del PICH, la Obra Social La Caixa y, por supuesto, la Junta de Distrito del Casco Histórico junto a más de 100 colectivos sociales, vecinales y artísticos del barrio y la ciudad; son todos los agentes que han hecho posible la celebración del evento.

Esta preparación culminó en la conversión de un espacio cotidiano en un entorno festivo donde la diversidad de personas y culturas ha creado un modelo de acción comunitaria intercultural. Y es que el color es una metáfora gráfica pero también vital: las calles del Gancho están cada vez más vivas.