La Semana Santa de Zaragoza, declarada de Interés Turístico Internacional, tendrá este año un nuevo paso en la calle. La Columna estrenará el próximo Jueves Santo el paso en el que Jesús es condenado a los azotes realizado por la gubia de Manuel Martín Nieto y el pincel de Manuel Peña Suárez. Con esta incorporación, la cofradía de blanco y rojo conseguirá representar el antes, durante y después del momento de la flagelación de Cristo.

Un discurso narrativo «único en España» en una misma procesión, según el hermano mayor de esta cofradía, Armando Cester, que este año deja el cargo tras ocho años al frente del mismo. De esta forma, esta hermandad procesionará con seis pasos de diferentes estilos artísticos de imaginería religiosa como el aragonés de la gubia de José Bueno; el murciano de José Antonio Hernández Navarro, y el sevillano de Manuel Martín Nieto, que es la nueva incorporación.

El proyecto se gestó en junio del 2015. Según señala el propio Martín Nieto en una entrevista a EL PERIÓDICO, recibió una llamada del hermano mayor en el que le señalaban que había sido elegido para realizar un nuevo paso para Zaragoza y que el encargo era «representar el momento en el que Poncio Pilatos ordenaba la flagelación». «Estuve pensando cómo hacerlo y cuando la tuve me presenté en la capital aragonesa para enseñarles lo que había concebido: Cristo como protagonista, un sayón, a Pilatos, pero les añadí la figura de Cláudia Prócula, la esposa del prefecto de Roma en Judea», destaca el imaginero de Morón de la Frontera, quien reconoce sonriendo «que les convencí de introducir una figura femenina porque dulcificaba la escena y porque representa la conversión al cristianismo».

Una idea plasmada con gran acierto, ya que las imágenes interactúan como si fueran personajes de carne y hueso, aunque con unción, porque la imagen de Cristo combina el naturalismo y lo sagrado como solo pocos escultores contemporáneos consiguen hacerlo. De ahí que cuando pase la Semana Santa, Cristo formará parte del altar de la iglesia de Santiago el Mayor de la capital aragonesa.

Martín Nieto reconoce que para conseguirlo ha hecho dos cosas: dejarlo en manos de la Virgen del Pilar de la que es muy devoto y preside uno de los patios de su casa y del estudio de las formas. Este escultor que se ha formado con Manuel Guzmán Bejarano, Manuel Hernández León y José Antonio Navarro Arteaga decidió «teatralizar» la escena. «Cogí a cuatro familiares y les hice representar ese momento de la condena a los azotes», asevera, mientras señala que «hizo más de 300 fotografías para inmortalizar cara gesto».

Una curiosidad que cuenta Martín Nieto es que el gesto de fuerza del sayón lo consiguió «un amigo». «Quería exaltar fuerza y con esa boca he conseguido un gesto único en escultura», señala. Un pellizco emocional que todas las imágenes tienen. La cara de Claudia Prócula y su manos materializan ese momento de incredulidad de una esposa en la que no está de acuerdo con la decisión de su cónyuge y que no puede evitarlo.

Las imágenes son de tamaño natural, siendo la de mayor altura la de Poncio Pilato con 1,83 metros de altura, y están gubiadas en madera de cedro maciza. No son de candelero, sino que son de talla completa y están policromadas por el varias veces premiado internacionalmente Manuel Peña Suárez.

Las vestiduras parecen telas encoladas, pero el pincel de Peña Suárez ha trabajado con maestría sobre la madera, aportando un estilo neorenacentista. Resalta especialmente el paño de pureza de Cristo con motivos eucarísticos (uva, parra y espiga), Ambos artistas han trabajado en este proyecto, tal y como era habitual en el siglo de oro. Como complementos, Claudia Prócula lleva unas joyas de la época romana, el sayón calza unas sandalias de cuero y los grilletes del Señor son de cuero en sustitución de las habituales cuerdas. Ayer fue bendecida en Zaragoza.