El pasado sábado una boda que se celebraba en la discoteca Supernova, en la capital aragonesa, no pudo tener peor final de fiesta, ya que uno de los invitados fue brutalmente agredido y ahora se encuentra en coma inducido en el hospital Miguel Servet de Zaragoza. El autor ya ha sido detenido.

Los hechos que investiga el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón tuvieron lugar en la madrugada del sábado a domingo por circunstancias que los agentes continúan investigando. Lo que está claro es que la brutal paliza ocurrió en el exterior de esta discoteca zaragozana situada junto al puente de La Almozara. Víctima y agresor coincidieron y el ahora arrestado, identificado como D. Z. A., de 23 años, le dio, supuestamente, varios puñetazos que le hicieron caer al suelo y, posteriormente, le dio varias patadas. Rápidamente se acercaron hasta el lugar los miembros de seguridad privada del complejo hostelero, quienes pudieron parar la agresión, aunque no pudieron impedir que el sospechoso saliera corriendo.

La víctima fue trasladado con urgencia al hospital Miguel Servet de la capital aragonesa, donde permanece ingresado en coma inducido por los importantes traumatismos que presentaba.

Gracias a los testigos y a las cámaras de seguridad, los investigadores pudieron dar con una imagen del sospechoso que, casualmente, estaba fichado policialmente por hechos similares. Una vez localizado, el Cuerpo Nacional de Policía procedió a su arresto el pasado lunes como autor, inicialmente, de un delito de lesiones graves, si bien todo dependerá de la evolución clínica de la víctima. Hoy está previsto que este joven de 23 años pase a disposición del Juzgado de Instrucción número 10 de Zaragoza, en funciones de guardia.

El Código Penal establece penas de hasta cinco años de prisión cuando las lesiones pueden ser calificadas de graves y se ha producido, entre otras cuestiones, con alevosía o con armas.

Uno de los casos más graves enjuiciados en la capital aragonesa de similares características fue el conocido como crimen de la calle Contamina. Un joven recibió un puñetazo a la salida de un bar en el Casco Histórico, que le hizo perder la vida, en 2008. El autor fue declarado culpable y condenado a cinco años de cárcel por un delito de homicidio imprudente y no doloso por entender que nadie con un puñetazo sabe lo que puede ocurrir.