La Comunidad de Albarracín aplica el principio fundamental en la lucha contra la despoblación: explotar los recursos propios del territorio como forma de generar riqueza. No ir lejos en busca de ideas, sino sacar partido de lo que se tiene más a mano.

Y, siendo como es, una zona boscosa y fría ha encontrado en la micología una herramienta de primer orden para crear empleo y obtener ingresos haciendo un uso sostenible de sus pinares. La apuesta por el parque micológico lleva varios años en marcha, pero cada temporada incorpora nuevas ideas.

Ahora mismo, se ha lanzado una nueva página web en la que se incrementa la información puesta a disposición de los aficionados a las setas, ya sea sobre las variedades existentes, la meteorología o las característcas de cada una de las seis zonas en que se divide el parque. La dirección es www.micorracin.es.

Esta iniciativa, que parte íntegramente de los distintos órganos administrativos y de gobierno de la Comunidad de Albarracín, ha tenido un coste de casi 70.000 euros que se repartirán en varios años. La mejora de la página web beneficiará a las más de 11.000 personas que esta temporada de recolección (que empezó a finales del mes de agosto) han adquirido permisos para poder buscar setas en los bosques de la sierra de Albarracín, cuyo coste oscila entre los cinco y los 30 euros.

MASA FORESTAL

Por ese precio, los buscadores de rebollones y otras especies pueden adentrarse en un territorio integrado por 40 montes de utilidad pública, propiedad de los ayuntamientos, con una superficie de más de 60.000 hectáreas. O, lo que es lo mismo, una enorme masa forestal en los confines del sur de Teruel y el noreste de Cuenca.

«Se trata de explotar los recursos que tenemos; a veces buscamos lejos lo que tenemos muy cerca», afirmó recientemente, con motivo de la presentación de la remodelada página web, Joaquín Juste, vicepresidente primero de la Diputación Provincial de Teruel.

La sierra de Albarracín tiene un foco de atracción indudable y de primer orden en la propia capital comarcal. Pero con la micología lo que se consigue es atraer a otro tipo de visitante, o conseguir que el que viene por el arte realice otras actividades susceptibles de generar ingresos en los pueblos.

Pues lo bueno de los bosques de la Comunidad de Albarracín es que cubren prácticamente toda su extensión y todos los municipios poseen sus pinares, en parajes como El Puerto, El Rodeno, las Muelas Meridionales, las Muelas Centrales, las Muelas Occidentales y San Ginés.

ANTES QUE OTROS AÑOS

Este año, por lo demás, debido a su carácter lluvioso, ha provocado que la temporada de recolección se adelante. Primero aparecieron los primeros ejemplares de porros o boletus en las zonas de mayor altitud y ahora ha comenzado a fructificar el rebollón en lugares concretos. El estado de la tierra (húmeda tras las abundantes tormentas y lluvias estivales) augura una muy buena temporada para esta apreciada variedad.

El parque micológico, que ha aprovechado el inicio de la campaña otoñal para renovar su imagen corporativa, contratará más adelante dos guardas privados que se encarguen de la supervisión de los permisos y del control del parque, tal y como adelantó la presidenta de la Comunidad de Albarracín, Rosa María Sánchez.

Además, señaló, está prevista la creación de una aplicación informática «para acercar aún más la información aprovechando las nuevas tecnologías». El objetivo es aumentar el caudal de datos utiles, de forma que se atraiga a un número mayor de aficionados a los hongos silvestres, considerados ya un factor clave para el desarrollo equilibrado de la sierra de Albarracín.