Los consumidores están conteniendo las compras de primavera dada la inestabilidad climatológica que vive Zaragoza. Los días de viento, lluvia y bajas temperaturas están afectando negativamente, aunque de manera desigual, a las ventas de los establecimientos de temporada especializados, por ejemplo, en calzado y textil. El impacto también lo están sufriendo todos los negocios negocios relacionados con el buen tiempo. Terrazas, veladores y heladerías están bajo mínimos.

Tradicionalmente, mayo es un mes muy bueno para las tiendas al coincidir las celebraciones familiares --comuniones y bodas-- con el cambio de estación. La subida de temperaturas y los primeros rayos del sol animan a olvidarse de la ropa de invierno y a lanzarse en busca del color de moda.

"Todavía no ha terminado este mes y creo que al final las consecuencias no serán tan graves. Sólo se resiente aquella venta que no es imprescindible, pero quien tiene una comunión o una boda necesariamente comprará", asegura José Luis García Basterra, presidente de la Federación de Empresarios de Comercio (Ecos).

No obstante, Basterra relaciona además el "clima de incertidumbre" que vive el comercio con la subida del petróleo, la Bolsa o la situación económica internacional.

Sin embargo, no todos los comerciantes son de la misma opinión. "¡Cómo voy a vender sandalias si la gente todavía lleva botas altas! Lamentablemente, este tiempo invita a que el cliente se vaya arreglando con complementos de otras campañas y sea reacio al gasto. Puedo confirmar que la caída de las ventas de calzado, con respecto al pasado año, ha sido de entre un 40% y un 45%. Y en cuanto a la ropa de temporada primavera-verano, la cosa también va mal", contesta Antonio Lasala, presidente de la Asociación de Comercios y Servicios del Actur.

Gerardo Gracia, presidente de los comerciantes de Las Fuentes, recuerda el caso particular que viven los establecimientos de su sector. "Las obras en Compromiso de Caspe han llevado a unas pérdidas de entre el 50% y el 60% con respecto al pasado año. Y si a esto añadimos el tiempo y que en Las Fuentes se han retrasado al 2005 la mayoría de las comuniones, sólo puedo hablar de desastre", sentencia.

Justo lo contrario ocurre en Conde Aranda. "Las inclemencias del tiempo las colocamos en segundo plano, ya que la apertura de la calle es todo un signo positivo para nosotros, aunque por ahora es pronto para valorarlo porque no ha transcurrido ni un mes", dice Joaquín Contamina, presidente de la asociación del comercio de Conde Aranda.

El cambio en el vestir tampoco se ha detectado en la calle, ya que tras dos o tres días soleados vuelve el viento o la lluvia. Y pocos son los que se atreven con los amarillos, pistachos, rosas, fucsias y naranjas que lucen en los escaparates de Zaragoza.