La guerra por hacerse con el negocio de las electrolineras ha comenzado. Con la revolución del coche eléctrico, eléctricas, petroleras, aparcamientos, ayuntamientos y hasta supermercados han empezado a avanzar sus posiciones para comer terreno a sus contrincantes en la creación de la infraestructura necesaria para hacer posible la recarga eléctrica alrededor de España.

El Gobierno prevé que en el año 2030 circulen entre 4 y 5 millones de coches eléctricos, según el Secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal. Pero, a día de hoy, los vehículos eléctricos suponen solo el 0,6% del parque automovilístico español. Una de las principales quejas de consumidores, industria e incluso expertos -el comisario europeo de energía y clima, Miguel Árias Cañete, lo ha dicho en varias ocasiones- es la falta de puntos de recarga. Según Cañete, es decir, según la Comisión Europea, en el 2030 debería haber 220.000 puntos, cifra que el Parlamento Europeo eleva en 500.000.

REAL DECRETO / En España, en el registro oficial de la CNMC había 377 gestores de carga a fecha 1 de octubre de 2018. Este era el procedimiento necesario para vender energía en sitios publicos antes de la llegada del real decreto ley que elimina esta figura y posibilita que «cualquier» consumidor pueda ofrecer el servicio. No obstante, aún falta el desarrollo normativo.

Según la plataforma Electromaps, hay 3.300 puntos en lugares públicos, de los que solo 155 corresponden a estaciones de servicio. Y es que el negocio ya no solo está en manos de las gasolineras, sino también de supermercados, hospitales, hoteles, colegios, empresas o en el propio hogar.

El viento favorable es para las eléctricas que estarán en todo el negocio, desde la instalación hasta el suministro. Endesa prevé más de 2.000 puntos de recarga públicos antes del 2021 y 6.500 más entre el 2021 y el 2023 para que «cualquiera se pueda desplazar por España». Una idea similar a la que planteó Iberdrola con su anuncio de poner más de 400 puntos en 200 ubicaciones antes de finalizar 2019. Habrá que esperar a ver si cumplen las expectativas. Según el registro de la CNMC, a principios de octubre Endesa tenía 8 gestores de carga e Iberdrola 29.

En el ámbito privado Endesa propone ni más ni menos que 100.000 puntos antes del 2023, mientras que Iberdrola prevé 25.000 enchufes antes del 2021, la mayoría de ellos (16.000) en hogares y el resto en empresas.

Naturgy ha puesto en marcha Servielectric Car, un servicio de desarrollo de infraestructuras de recarga eléctrica para oficinas y comunidades de obra nueva. Además, se posiciona en el segmento de los vehículos de gas -importante para camiones y autobuses cuya tecnología eléctrica y de hidrógeno todavía no está bien desarrollada- a través de un acuerdo con Seat para la instalación de gasineras, es decir, puntos para repostar de Gas Natural Comprimido (GNC). Abrirá 50 puntos más con lo que tendrá 100 en total.

Las petroleras son las más amenazadas, aunque la mayoría ya han comenzado a pasarse al negocio eléctrico. No obstante, el Gobierno les dará un empujón al obligar a las más grandes -las que vendan más de 5 millones de litros al año- a instalar puntos de recarga eléctrica en algo más de dos años, según el borrador de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.

LA APUESTA DE LAS PETROLERAS/ Además, algunas ya tienen electrolineras, como Repsol, que participa con el Ente Vasco de Energía en Ibil, una empresa que ya tiene 200 puntos de recarga distribuidos en 112 ubicaciones (42 en estaciones Repsol que serán 50 en enero) y 1.100 en el ámbito privado, o Cepsa que ha firmado un acuerdo con Ionity, red de carga europea impulsada por BMW, Daimler, Ford y Volkswagen, para instalar hasta 100 puntos de recarga ultrarrápida en sus gasolineras.

En el negocio también están parkings como Saba o Empark, fabricantes como Nissan o Tesla, empresas como Mercasa, o ayuntamientos como el de Madrid o el de Barcelona. En concreto, la capital catalana ha establecido 20 puntos de recarga en la calle y más de 400 en aparcamientos.