El Gobierno aragonés ha acometido la primera fase de la restauración de los ábsides del monasterio de San Pedro el Viejo de Huesca, una vez finalizados los trabajos llevados a cabo por el Ayuntamiento de Huesca de demolición de edificios contiguos que ocultaban dichos elementos arquitectónicos.

El Departamento de Educación y Cultura desarrolla su labor, con un presupuesto de 60.000 euros, para restaurar los ábsides y determinar, mediante una excavación, la cota original donde se ubicaban.

Además, se prevé hacer un tratamiento de humedades y un estudio petrológico de las piedras al objeto de disponer de un diagnóstico y y análisis de la piedra que permita aplicar los tratamientos adecuados para su restauración.

En una siguiente fase, el Gobierno aragonés prevé cubrir la capilla de San Bartolomé, que alberga el Panteón Real donde reposan los restos de Alfonso I el Batallador y de Ramiro II el Monje, dos de los reyes más significativos de la Corona de Aragón.

La consejera ha recordado que el Ejecutivo regional ha invertido en la actual legislatura cinco millones de euros de inversión en defensa del patrimonio, la mayor parte en actuaciones en la provincia altoaragonesa como los monasterios de Sijena, Roda de Isábena o San Victorián, la muralla de la ciudad o las ermitas de Bonansa, Santa María de Iguácel y Nuestra Señora de Casbas.

Ha destacado, además, la colaboración existente con el Ayuntamiento de Huesca "para poner en valor este edificio", en alusión al monasterio de San Pedro el Viejo, y, por extensión, del conjunto del casco histórico de la ciudad.

Por su parte, el alcalde de Huesca, tras explicar que los trabajos para liberar los ábsides han costado 140.000 euros, ha manifestado que aunque "actuar aquí no era fácil y requería colaboración de la propiedad de los edificios, pero se ha resuelto un problema administrativo complejo para poner en valor uno de los elementos patrimoniales más importantes de Aragón".

Asimismo, ha defendido el proyecto turístico en torno al conjunto patrimonial que se aglutina en un espacio de poco más de medio kilómetro, "un gran corredor turístico -ha añadido- que comprende la muralla de la ciudad, el Museo, la Capilla Real de la Santa Cruz, el ayuntamiento, la catedral, el museo diocesano, el salón del Tanto Monta, San Pedro el Viejo, el Círculo Católico y Villahermosa".