Las obras de restauración de la cubierta de la capilla de San Bartolomé y los ábsides de la iglesia de San Pedro el Viejo, en Huesca, han dado comienzo a principios de esta semana. La Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón ha destinado un total de 299.949,37 euros, de las que se ocupa la empresa adjudicataria Piedra Casbi, que tiene un plazo de cinco meses para llevar a cabo los trabajos.

Según ha informado el Ejecutivo autonómico en una nota de prensa, este edificio fue declarado Monumento Nacional en 1885, mediante la Orden de 3 de marzo de 2003 del Departamento de Cultura y Turismo se completó la declaración originaria como Bien de Interés Cultural del Claustro e Iglesia, conforme a la Disposición Transitoria Primera de la Ley 3/1999, de 10 de marzo, de Patrimonio Cultural Aragonés.

En 2019, la Dirección General de Cultura y Patrimonio realizó la intervención de reparación en los lienzos de los ábsides, paralelamente a las tareas que el Ayuntamiento de Huesca desarrollaba en las casas que anteriormente estaban construidas sobre la Capilla de San Bartolomé, y de manera parcial, también sobre el ábside sur de la cabecera de la iglesia del conjunto monástico de San Pedro el Viejo. Se acometieron principalmente trabajos de limpieza de todos los paramentos, apeos provisionales, sellado de huecos, análisis petrológico y la ejecución de varias catas arqueológicas.

Estas mejoras que ya se han iniciado tienen por objeto restaurar la cubierta de la Capilla de San Bartolomé, que alberga el panteón real, así como también los tres ábsides románicos de la cabecera de la iglesia de este conjunto monástico, y de las fachadas de dicha Capilla, que han estado durante siglos afectadas por las construcciones residenciales adosadas en su lado este, y que en 2019 quedaron liberados de estas edificaciones, tras las actuaciones llevadas a cabo por el Consistorio oscense.

Los restos del Batallador

La iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca, románica, fue construida entre los siglos XII y XIII. Su fábrica es de sillar y consta de tres naves, crucero, y cabecera con triple ábside. Las naves se cubren con bóveda de cañón, el crucero con bóvedas de crucería y los ábsides con bóvedas de horno. En la nave central se conservan restos de pinturas del siglo XIII.

En la antigua Sala Capitular, hoy Capilla de San Bartolomé, se custodian los restos de Alfonso I el Batallador y de Ramiro II el Monje, para cuya sepultura se volvió a aprovechar un sarcófago romano del siglo III d.C.

Esta semana, San Pedro el Viejo ya ha sido noticia porque el Ayuntamiento de Huesca acometió la limpieza de distintos grafittis en los muros del monasterio. Lo mismo ha ocurrido con la catedral de la capital oscense.