La campaña de la renta más complicada de los últimos años comienza este miércoles. Si la del 2019 fue inoportuna, al llevarse a cabo en pleno confinamiento por la pandemia, la del 2020 se presume más compleja todavía para unos 20 millones de contribuyentes. El efecto producido por los expedientes de regulación temporal de empleo (ertes) obligará a muchos a rendir cuentas al fisco, puesto que los que tengan unos ingresos brutos anuales de entre 14.000 y 22.000 euros deberán confeccionar la declaración del IRPF, aunque el pasado año no tuvieran que presentarla. Ni la Agencia Tributaria ni el Gobierno de Aragón tiene datos de a cuánta gente afecta esta nueva situación en la comunidad. Lo único cierto es que en el 2020 se tramitaron 18.982 ertes en Aragón que afectaron a casi 148.000 trabajadores. Sí hay datos a nivel nacional, ya que, según Hacienda, unos 327.000 contribuyentes afectados por erte, de un total de 3,5 millones, tendrán que presentar declaración. Este cambio se produce por haber tenido dos o más pagadores, la empresa en la que trabajan y el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

La normativa del impuesto de la renta (IRPF) rebaja el umbral a partir del cual se está obligado a declarar a 14.000 euros, en lugar del general de 22.000 euros brutos, para quienes tienen más de un pagador de ingresos considerados rendimientos del trabajo, como los ertes; y si la cantidad percibida de los segundos y siguientes pagadores supera los 1.500 euros. Por este motivo se da prácticamente por hecho que en la comunidad se superará la cifra de los 700.000 contribuyentes que aproximadamente suelen rendir cuentas con Hacienda cada año.

El caso de Aragón será más gravoso si cabe para el contribuyente, ya que en los rendimientos inferiores a 22.000 euros cuyas comunidades tengan tipos superiores a la tarifa estatal (tienen transferido el 50% de la tarifa del IRPF) los afectados por un erte tendrán que pagar algo más. Según los cálculos del Registro de Economistas y Asesores Fiscales (REAF) y el Consejo General de Economistas de España, un trabajador con una renta anual de 20.000 euros pagaría 2.338,2 euros de IRPF por el tipo nacional pero abonaría 116 euros más en Aragón, que no ha adoptado ninguna medida para paliar esta situación, algo que sí hizo Cataluña, donde el contribuyente tendría que pagar 172 euros más. No es el único caso. También se encuentran en la misma situación, Navarra, Baleares, Asturias, Extremadura y Murcia, entre otras. «Existe una diferencia de medio punto en comunidades como Aragón, que elevará el coste del contribuyente», apunta a este diario el secretario técnico del Registro de Economistas y Asesores Fiscales, Luis Del Amo.

La generalización de los ertes ha forzado a Hacienda a improvisar facilidades para los afectados. Así, aprobará «en breve» una orden ministerial para que quienes estén en esa situación y tengan que declarar y pagar puedan abonar la cantidad en seis meses, entre julio y diciembre, sin intereses. La fórmula habitual para las declaraciones que resultan a pagar consiste en fraccionar en dos veces (el 60% al presentar la autoliquidación y el 40% restante en noviembre). La orden, de la que la Agencia Tributaria da cuenta a los afectados a través de una carta, ampliará a seis pagos esos plazos para los sometidos a erte.

Otra de las novedades de la renta del 2020 serán los perceptores del ingreso mínimo vital, que deberán presentar la declaración aunque, en general, resulte con cuota cero porque se trata de una renta exenta. En todo caso, si reciben otras prestaciones que superen los 11.279,39 euros, deberán tributar por el exceso. En Aragón, esta prestación se ha reconocido a más de 4.500 hogares (casi 13.000 personas), según los datos a fecha del 31 de diciembre del 2020, que es el periodo que computa para presentar la declaración de la renta.

El IMV y el embrollo de los erte serán, en cualquier caso, dos de los asuntos que provocarán más de un quebradero de cabeza y obligarán a recurrir a los gestores para confeccionar el IRPF. «Habrá muchas personas que tendrán que recurrir a un asesoramiento profesional por la complejidad de la campaña», apunta el gestor administrativo, David Sánchez, que subraya que todo se debe a la existencia de dos pagadores y al cómputo distinto de retenciones al percibir dinero del SEPE.

Cantidades indebidas

Otra de las casuísticas de los ertes sucede cuando se ha percibido una cantidad indebida. Si el SEPE ha iniciado o completado ya el expediente de reintegro de ese exceso cuando el contribuyente presente su declaración porque se produjo el año pasado no hay problema porque los datos están actualizados. Si no es así y puede conocer la cantidad que debe devolver al SEPE, podrá presentar la declaración con un resultado, en términos de impuesto final, igual al que realmente le corresponde.

Hacienda recomienda que si desconoce esa cantidad percibida de más, consulte al SEPE la cuantía exacta o aproximada. Alternativamente, puede esperar que avance la campaña de renta, aumentando así la posibilidad de recibir la notificación del SEPE.

Además, el servicio Renta Web, con el que se puede elaborar la declaración en tiempo real, se va actualizando. Si no, siempre puede presentar la declaración y cuando conozca lo que tiene que devolver al SEPE puede pedir a Hacienda una rectificación para recuperar lo tributado de más.

Días a tener en cuenta

En cualquier caso, los contribuyentes tendrán que tener en la cabeza el calendario de este año. Así, además del 7 de abril, las siguientes fechas clave de esta campaña de la Renta serán el 6 de mayo, cuando comenzará la elaboración de declaraciones por teléfono, y el 2 de junio, fecha a partir de la que se podrá presentar en oficinas de Hacienda y otras entidades. El 30 de junio finaliza la campaña.

Desde la DGA apuntaron que ya se ha alcanzado un acuerdo con la Agencia Tributaria para la cesión del espacio de San Pedro Nolasco. En este caso, Hacienda contará con un total de 11 asesores procedentes de la administración autonómica (9 en Zaragoza, 1 en Huesca y otro en Teruel) para integrarlos en la plataforma que se pondrá en marcha. Se trata de equipos «mixtos» que se podrían ver reforzados con personal propio de Tributos de la DGA.