El sector inmobiliario asiste a un «cambio de escenario» en Aragón. La compraventa de viviendas, que ha vivido fuertes crecimientos durante los dos últimos años, tiende a moderarse de forma notable, al igual que ocurre con los precios. Así se desprende del informe sobre el Mercado inmobiliario en Aragón con datos correspondientes al segundo trimestre del año, que reflejan que en el último año se han vendido 13.397 inmuebles en la comunidad, lo que supone un incremento interanual del 2,65%. Esta cifra indica que el sector «ha dejado de crecer y tiende hacia la normalidad», apuntó ayer el director del grupo de análisis del mercado inmobiliario (Gamerin), Luis Fabra, en la presentación del estudio.

En Aragón se llegaron a vender alrededor de 20.000 viviendas al año entre el 2000 y el 2007, una cifra que descendió hasta la mitad, unas 10.000, entre el 2007 y el 2014. Ahora el dato se ha estabilizado en las 13.400 y todo apunta que se mantendrá en ese nivel, aseguró Fabra. Resulta «sano y razonable», añadió el prexidente del Colegio de Agentes de la Propiedad de Aragón, Fernando Baena, que asistió a la presentación del informe junto al director general del grupo Plaza 14, Fernando Montón.

Los tres coincidieron en señalar que los precios se están suavizando. De hecho, en el último trimestre comprar una vivienda en Aragón cuesta un 4,06% más que en el mismo periodo del 2018 hasta alcanzar los 1.293 euros por metro cuadrado. En la ciudad de Zaragoza sube a 1.551 euros por metro cuadrado, el 4,53% más que hace un año.

No obstante, adquirir un piso nuevo es un 8,72% más caro, que en julio del 2018. Mientras, la vivienda usada (el 81% del total) cuesta el 2,15% más. «Los precios tienden a la moderación porque no es sostenible un aumento superior al 5%», ya que «los salarios no crecen a ese ritmo», dijo Fabra. «Si crecen los precios por encima de las nóminas se expulsará a los potenciales clientes del mercado inmobiliario», zanjó.

De hecho, la mayoría de los inmuebles que se venden en Aragón están entre los 100.000 y los 200.000 euros. «250.000 euros es el techo que ahora soporta el mercado», concretó Baena, que remarcó, no obstante, que el coste de la vivienda en Aragón está «entre un 30 y un 35% más barato respecto a máxmos del 2007».

Montón también consideró que los precios «han podido tocar techo» y ve «difícil» que sigan creciendo porque la capacidad de compra es «limitada». Pese a ello, se mostró optimista sobre el mercado de obra nueva, que acumula casi 2.452 compraventas en el último año, alentada por el crecimiento económico, los bajos tipos de interés y el dinamimso del mercado hipotecario.

Con todo, Montón reconoció la tendencia a la desaceleración. El mayor indicativo de ello es que en la capital aragonesa, que concentra el 52% de las operaciones (7.027 en el último año), las ventas han retrocedido el 11,96% respecto al segundo trimestre del 2018. Este dato contrasta, no obstante, con el aumento interanual del 10,2% de Teruel, donde la compraventa de pisos por inmigrantes coge fuerza. En Aragón, el 6% de los inmuebles vendidos en el último año los compraron extranjeros.

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Mientras las compraventas se moderan, la fórmula del alquiler tiende al alza, según el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad de Aragón. «Hay una fuerte demanda a un precio todavía razonable», destacó Baena, que detecta en el mercado una apuesta inversora de los particulares por la compra de viviendas para luego alquilarla. En este sentido, el director de Gamerin consideró que «deben de salir más viviendas de alquiler al mercado» e incentivar las promociones destinadas al arrendamiento.