La comunidad educativa aragonesa ve con buenos ojos la decisión del consejero del ramo, Felipe Faci, de no regresar a las aulas en el presente curso escolar y mantener la formación a distancia. Así lo manifestaron desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos, Fapar, desde donde aseguraron que era una medida con la que «ya contaban» y «esperaban» desde la orden del pasado 29 de abril por la que el departamento establecía los métodos de evaluación y promoción para el presente curso. No obstante, reconocen que la nueva realidad educativa deja al descubierto el «gran problema de la conciliación familiar», no solo a nivel autonómico, sino a escala nacional.

«La situación sanitaria va por delante de la educación en este caso, y lo primero es garantizar que se cumplen las medidas de distanciamiento y las exigencias sanitarias», reconocieron. «Pero las familias no pueden estar todo el próximo curso como han pasado estos meses, porque el sistema no aguantará, así que hay que empezar ya a plantear soluciones para la conciliación familiar», insistieron desde Fapar.

Por otro lado, consideran «un acierto» que los alumnos de cursos superiores, de Bachillerato o de FP, puedan acceder a tutorías, con cita previa, para profundizar en contenidos o aclarar dudas de cara a los exámenes finales. Pero también señalaron la importancia de que estas tutorías se puedan planificar también en otros niveles educativos, de modo que «si cualquier alumno necesita una tutoría la pueda tener».

Desde Fapar aseguran que «se hubiera generado un problema grave si se abrían los centros solo para los niños de hasta seis años», como planteó la ministra Isabel Celaá. Por eso, pese al problema de la conciliación, consideran que se ha tomado la decisión «correcta».