La Policía de Zaragoza ha intensificado desde el pasado lunes el control sobre los comercios regentados por personas de origen árabe como consecuencia del atentado del 11-M. Las medidas de presión, principalmente dirigidas contra los inmigrantes sin papeles, ha provocado malestar en la comunidad magrebí de la capital aragonesa.

Mohamed Tamer, presidente de la Asociación de Trabajadores Marroquís Al Bughaz, manifestó que el incremento de la vigilancia es "comprensible" tras los atentados de Madrid, pero, a su juicio, la continua presencia policial esta perjudicando el normal desarrollo de los comercios, ya que los inmigrantes sin documentación "tienen miedo de acudir a los establecimientos, e incluso de salir a la calle, porque pueden incoarles expedientes de expulsión".

Según el propietario de uno de estos establecimientos, los agentes confeccionan fichas de las personas que trabajan en los mismos y solicitan el pasaporte a los clientes.

Tamer, que también trabaja de intérprete para el Colegio de Abogados, señaló que la actuación de los policías es en todo momento "correcta y respetuosa", aunque esta semana se han incrementado las detenciones de sin papeles en Zaragoza.

MEDIDAS Esta es una de las medidas adoptadas en esta capital por los Cuerpos de Seguridad del Estado, donde la irrupción del terrorismo islámico ha sorprendido sin que se disponga de infraestructura para investigar a estas bandas criminales.

Fuentes policiales informaron de que la Brigada de Información de la capital aragonesa no dispone de personal especializado en estas redes terroristas, y en la plantilla de Zaragoza ni siquiera se cuenta con agentes que conozcan el idioma árabe.

Estas mismas fuentes recordaron que, pese a las amenazas terroristas contra el transporte público, antes de ETA y ahora también de las bandas islámicas, la Brigada Móvil en Zaragoza, al igual que en otras ciudades está "desmantelada".

El pasado 10 de marzo sólo había en la capital aragonesa cinco policías adscritos a esta brigada, responsable de la seguridad en trenes, autobuses y estaciones, de los que estaban tres en activo. Esta cifra contrasta con los 35 que había en 1995 y los 24, en el 2000. Desde el pasado lunes se han destinado tres alumnos de la Policía en prácticas para reforzar la unidad, aunque esta agregación sólo permite una mayor vigilancia en la Intermodal.