Cuarenta personas, convocadas por Izquierda Unida, se concentraron a mediodía de ayer ante el Ayuntamiento de Cadrete para exigir que el busto del caudillo musulmán del siglo X Abderramán III, retirado el pasado lunes por el nuevo equipo de gobierno de PP, Cs y Vox, vuelva a ser colocado en el mismo lugar en que se hallaba. El acto tuvo lugar en pleno centro de la localidad, bajo la discreta vigilancia de una patrulla de la Guardia Civil, y no se produjeron incidentes.

Los manifestantes, entre quienes se encontraban concejales del Partido Socialista y representantes de otras fuerzas políticas de izquierda, corearon el lema «¡Cadrete será intercultural!» tras guardar un minuto de silencio en señal de desagravio por el traslado del monumento, que se halla temporalmente en la tercera planta de la casa consistorial.

María Ángeles Mercader, miembro de Izquierda Unida en Cadrete, leyó a continuación un manifiesto en el que criticó el supuesto «gesto jocoso» del concejal de Vox del que partió la idea de quitar el busto de Abderramán III, una acción que calificó de precipitada y arbitraria.

La formación de ultraderecha, que llevaba la retirada del monumento en su programa, se propone que el busto del califa árabe sea colocado en el castillo de Cadrete, por considerar que ese recinto es el emplazamiento más adecuado. Sin embargo, María Ángeles Mercader denunció que la fortaleza, que se levanta en una ladera desde la que se domina el valle del Huerva, adolece de falta de seguridad y de espacio y se halla en una zona con varias figuras de protección medioambiental que hacen imposible levantar cualquier nueva construcción. Por eso, el traslado del busto equivale a «abandonarlo a su suerte» y «hace intuir otras intenciones más oscuras, más difíciles de justificar y defender, como la islamofobia, el odio al moro, la ignorancia supina del personaje, de su época y de la repercusión de su reinado».

La representante de IU criticó «una idea de españolidad en la que solo caben unos pocos» que «no tiene en cuenta que es el azar el que les colocó en este país y no en otro». Por ello, concluyó, quienes se oponen a la retirada del busto de Abderramán III lucharán «sin descanso para que vuelva a ser colocado en el lugar del que jamás debería haberse arrancado».