La concentración bancaria producida ha sido muy importante, los datos anteriores son suficientemente expresivos y así lo indican. La pregunta es ¿queda margen para una mayor concentración? La respuesta no es sencilla, dado que son muchos los factores a tener en cuenta y no solo económicos. Si esperan de mí una respuesta, no puedo darla con rotundidad, pero si puedo ofrecer al lector algún dato complementario, para que se forme su propio juicio, no pretendo otra cosa con estas breves líneas.

Por ejemplo, ¿cómo se reparte el mercado entre las nueve entidades que vamos a tener probablemente en 2021?

Las doce entidades actuales sujetas a la supervisión del Banco Central Europeo (BCE) reúnen en torno al 82% del mercado. En torno al 70% quedará en manos de los «tres grandes»: Santander, Caixa/Bankia y BBVA/Sabadell, después de los procesos de fusión en marcha. Sobre un 22% para las otras seis entidades supervivientes, si no hay más movimientos, es decir, Bankinter, Kutxabank, Unicaja/Liberbank, Ibercaja, Abanca y Cajamar. El otro 8% corresponde a las Cooperativas de Crédito (Cajas Rurales y otras, con la excepción de Cajamar), fuera de la órbita de supervisión del BCE, y supervisadas por el Banco de España (BdE).

Otra referencia, miremos a Europa, ¿cuál es la situación en algunos de los países de nuestro entorno más próximo?

Los cinco grandes bancos alemanes mantienen en torno al 31% del total de activos, Francia en torno al 48% e Italia el 49%. En términos de activos los tres grandes bancos españoles resultantes de los procesos en marcha, mantendrían en torno al 70%.

En cuanto a número de entidades, sirva como referencia los datos incluidos en le edición de 2019 de S&P Global Market Intelligence, en la que encontramos el ránking de los 50 grandes europeos. En ella se puede apreciar, que figuran cinco bancos españoles (Santander, BBVA, Caixa, Bankia y Sabadell) que quedarán reducidos a tres. En dicha lista aparecen, entre otros, siete bancos alemanes, seis franceses, cuatro italianos, cuatro suizos, tres holandeses, tres suecos y dos austriacos.

En resumen, asumiendo que se trata de datos en bruto que no tienen en cuenta las características económicas de los diferentes países, ni la situación de los diferentes bancos en particular, no parece que, en cuanto a número de entidades, de grandes bancos, sea España un caso atípico.

Importantes tensiones

Las autoridades en materia económica de la UE, continuamente hacen llamadas a la necesidad de una mayor concentración en el sector, para abordar los problemas de solvencia y rentabilidad existentes, con un éxito parcial, ya que donde quizá tendrían más sentido en el proceso de construcción europea, las fusiones de carácter transnacional, el éxito ha sido escaso. Queda mucho camino por recorrer, es necesario que la diversidad de normas fiscales, mercantiles, etc., se corrijan y permitan profundizar en la construcción de una banca europea. Esta situación ha conducido a que el resultado la presión de las autoridades europeas, se esté materializado en fusiones de carácter nacional.

Por otra parte, es cierto que la situación del sector bancario en España está sujeta a tensiones importantes debidas a diferentes factores que definen los problemas que tiene, que está, abordando la banca: la escasa rentabilidad, derivada de la persistencia de tipos de interés negativos; la necesidad, todavía, de sanear los balances, a pesar del enorme esfuerzo realizado en los últimos años, pero agravada ahora por la pandemia; la necesaria transformación digital del negocio, lo que requiere de inversiones importantes; la necesidad de mejorar la eficiencia, esto es, obtener más ingresos con menos recursos; la pérdida reputacional consecuencia de la crisis financiera que ha generado falta de confianza en el sector, algo recuperada por el papel clave de la banca en la canalización de la liquidez inyectada por la política monetaria puesta en marcha para reducir el impacto en la economía de familias y empresas consecuencia de la pandemia.

¿Es la solución a estos problemas continuar con una mayor concentración del sector?

El objetivo de cualquier concentración de empresas es mejorar, garantizar, la viabilidad del negocio, mejorando la solvencia y la rentabilidad, y no siempre se consiguen estos objetivos. El BdE ha declarado que vigilará estos aspectos de los grupos resultantes en los proyectos de fusión que se planteen.

También tienen inconvenientes, aun en procesos de éxito, el más evidente la reducción de la competencia con lo que implica para el consumidor, personas y empresas, por la existencia de una oferta. Es cierto que la concentración de la gran banca, puede compensarse parcialmente con la existencia de entidades medianas y pequeñas que desarrollen políticas de negocio de mayor proximidad al cliente y a los territorios de actuación, que sean capaces de abordar los problemas de la transformación digital con la creación de plataformas digitales, capaces de competir, con políticas decididas pero prudentes, con los nuevos operadores (Amazon, Google) que permitan mantener su solvencia y mejorar la rentabilidad.

Pero para que cumplan ese papel compensador, deben continuar en el mercado.