El Museo de Teruel ha concluido los trabajos de restauración de los mosaicos de Calanda (Teruel), tras dos meses y medio de obras y una inversión de 35.000 euros con los que se han revisado antiguas restauraciones y se han limpiado los originales, entre otras tareas.

Los visitantes del museo han podido ver los trabajos de restauración que se han realizado sobre los mosaicos que se exponen en la cuarta parte del Museo desde la inauguración de esta sede, en 1987.

Desde entonces se han realizado trabajos puntuales, según ha dicho la restauradora del Museo de Teruel, Pilar Punter, para solucionar problemas generados como consecuencia del propio envejecimiento.

También han actuado sobre las incidencias que se produjeron por la "acción involuntaria de algún visitante" pero en la actualidad "era necesaria una intervención más ambiciosa y pormenorizada para mejorar significativamente su estado actual".

La restauración ha seguido el criterio de una mínima intervención, la máxima reversibilidad de todos los tratamientos y productos aplicados o la preservación y respeto de todos los elementos originales.

Además, se ha abordado desde el estudio histórico y documental de apoyo para el conocimiento de todos los aspectos relacionados con la obra desde su origen, así como la documentación completa de todos los métodos y materiales utilizados durante el proceso de intervención y "el respeto a la integridad estética, histórica y física de la obra", según Punter.

El resultado ha sido presentado hoy al público por la propia Punter, además de por el director del Museo, Jaime Vicente Redón, y el diputado delegado de Museos, Juan Carlos Gracia Suso.

Ambos han resaltado el valor histórico de estos mosaicos, hallados de manera casual en enero de 1964, cuando se realizaban trabajos de acondicionamiento en un bancal de una huerta.

Del hallazgo en la partida de la Vega de Albalate informó el propietario Antonio Bielsa Alegre, quien vio cómo se paralizaron las labores agrarias.